Un nuevo estudio realizado por el Dr. Jon Traerup Andersen y su equipo de investigadores del Hospital Universitario Copenhague en Dinamarca encontraron que el uso del antibiótico, claritromicina, en el primer trimestre del embarazo está asociado con un riesgo aumentado de aborto.
Los investigadores realizaron un estudio a nivel nacional que incluyó a todas las mujeres con una concepción conocida entre 1997 y 2007. Los investigadores identificaron a todas las mujeres, que dieron a luz, de la base de datos nacional de fertilidad, mientras que el registro hospitalario nacional fue usado para identificar a todas las mujeres con un registro de aborto involuntario o inducido. El resultado fue el número de abortos y los hijos con malformaciones congénitas entre las usuarias de la claritromicina, en comparación con las no usuarias.
En total, los investigadores identificaron 931.504 embarazos, que resultaron en 705.837 nacimientos vivos, 77.553 abortos espontáneos, y 148.114 abortos inducidos; a 401 mujeres se les formuló una prescripción de claritromicina en el primer trimestre, de las cuales 10% tuvieron un aborto involuntario. Entre los nacidos vivos, nueve mujeres (3,6%) tuvieron hijos con malformaciones. La tasa de peligro de aborto después de la exposición a la claritromicina fue de 1,56. No hubo peligro aumentado de tener un aborto cuando se expusieron a la penicilina o eritromicina, y no hubo prevalencia aumentada de malformaciones en los hijos después de la exposición a la claritromicina. Los resultados del estudio se publicaron en la revista PLOS One.
El Dr. Jon Traerup Andersen y su equipo encontraron un peligro aumentado de aborto pero no prevalencia aumentada de tener hijos con malformaciones entre las mujeres a las que les formularon la claritromicina en el embarazo temprano, esto es soportado por estudios anteriores en animales y humanos. Sin embargo, se requiere investigación adicional para explorar el efecto posible de la indicación del tratamiento en las asociaciones encontradas.
La claritromicina es un antibiótico macrólido usado para tratar faringitis, amigdalitis, sinusitis maxilar aguda, exacerbación bacteriana aguda de bronquitis crónica, neumonía, e infecciones de la piel y estructuras de la piel. El medicamento se ha asociado con abortos y defectos al nacer en estudios practicados en animales, y por esa razón no se recomienda para el uso de mujeres embarazadas. Sin embargo, como muchos embarazos no son planeados y el medicamento se usa ampliamente, un número sustancial de mujeres puede estar en riesgo, especialmente durante el primer trimestre.