Una vaca creada a partir de una modificación genética ha logrado producir leche que puede beber la gente que normalmente tiene alergia a la leche de vaca.
Esta leche «mágica» carece de un suero, conocido científicamente como BLG, que se cree es uno de los principales motivos por los cuales algunos bebés no toleran la leche vacuna, al mismo tiempo, la leche sin BLG es sumamente rica en proteínas nutritivas.
La investigación que precedió a la confirmación de estas propiedades se realizó en Nueva Zelanda, donde los científicos que trataron a la vaca antialérgica quieren aplicar la técnica descubierta a la composición de la leche de vacas adultas.