Para lograrlo es necesario contar con una dieta completa y balanceada, que incluya todos los grupos de alimentos a fin de recibir proteínas, hidratos de carbono, aminoácidos y minerales necesarios.
Igualmente importante es contar con las vitaminas, sustancias que se encuentran en los alimentos y que cumplen con importantes funciones orgánicas como evitar la oxidación de las células, ayudar en la digestión, favorecer la reparación de los tejidos y contribuir a la coagulación de las sangre.
Existen 13 tipos de vitaminas, las cuales se dividen en dos tipos:
Las liposolubles, asociadas a alimentos grasos y aceites, como las vitaminas A, D, E y K..Estas sustancias se acumulan en el tejido graso, por lo que no requerimos consumirlas a diario.
Las hidrosolubles están presentes en verduras frutas o huevos, como las vitamina C y todas las del complejo B..es decir la B1, B2, B3, el Acido Pantoténico, la Biotina, el Folato, la Vitamina B6 y la B12. Estas deben ingerirse a diario, pues el organismo desecha las que no aprovecha mediante la orina.
Cuando no se ingieren vitaminas o no se reciben en la cantidad necesaria, surgen desde problemas como infecciones en la piel, nerviosismo y depresión, hasta padecimientos como el Escorbuto, Soriasis y la Enfermedad Beri Beri.
De contarse con una alimentación variada y equilibrada no es necesario tomar complementos vitamínicos. Sin embargo es importante recibirlas en el caso de mujeres embarazadas, ancianos y menores de edad o en jóvenes y adultos que por su trabajo o estudios tienen un desgaste más allá de lo normal.