La radiación se mide usando la unidad sievert, que cuantifica la cantidad de radiación absorbida por los tejidos humanos. Un sievert es igual a 1000 milisieverts (mSv). Un milisievert equivale a 1000 microsivierts.
El jefe del Gabinete de Japón, Yukio Edano, comenta que los niveles de radiación cerca de la planta afectada, en la costa noreste, alcanzaron los 400 milisieverts (mSv) por hora. Esa cifra sería 20 veces más alta que la exposición anual de algunos empleados de la industria nuclear o mineros del uranio.
Las personas están expuestas a una radiación natural de 2 a 3 mSv por año.
Con una radiografía normal, el cuerpo se expone a unos 0,02 mSv, mientras con que una dental, a alrededor de 0,01 mSv.
En una tomografía computarizada, el órgano estudiado típicamente recibe una dosis de radiación de 15 mSv en un adulto y de 30 mSv un niño recién nacido.
La exposición a 100 mSv al año es el máximo aceptable, a partir de esta cifra cual cualquier incremento en el riesgo de cáncer es claramente evidente. Un acumulativo de 1000 mSv (1 sievert) probablemente causaría un cáncer letal varios años después en 5 de cada 100 personas expuestas.
Grandes dosis de radiación destruyen el sistema nervioso central, los glóbulos blancos y rojos, comprometiendo el sistema inmunológico y dejando a la víctima vulnerable ante las infecciones, además de otros daños a la salud.
Una dosis única de 1000 mSv causa náuseas, vómitos y hemorragia, pero no la muerte. Una dosis única de 5 sieverts mataría aproximadamente a la mitad de las personas expuestas en un mes.
La exposición a 350 mSv fue el criterio para reubicar a la población tras el accidente de Chernobil, según la Asociación Mundial Nuclear.
Una radicación muy intensa, como la que ocurrió en Chernobil y la sufrida por los trabajadores japoneses en la estación nuclear, es poco probable para la población, comenta el Patólogo Químico Dr. Lam Ching-wan, de la Universidad de Hong Kong.
Fuente: Reuters Health