Los beneficios de ser sociables

Los factores de estilo de vida pueden modificarse, mostrarse interesado en los demás nos brinda beneficios emocionales.

Un estudio a cargo del Dr. Aron S. Buchman, del Rush University Medical Center, en Chicago, reveló que la actividad social es directamente proporcional a los beneficios físicos. Ir a comer a restaurantes, a visitar amigos, a conocer museos, están entre las salidas más socorridas.

Todos notaremos algún nivel de deterioro en nuestra capacidad de interactuar con los demás a medida que envejecemos, pero para las personas que suelen ser más activas socialmente, ese deterioro es más lento.

Estar presente en una gran cantidad de actividades parece ser bueno para las personas. La pérdida de la función motriz es uno de los principales problemas de salud pública, señala el Dr. Buchman.

Existen cada vez más evidencias de que las actividades sociales y los pasatiempos ayudan a mantener la mente aguda y extienden la vida. Para investigarlo, el equipo de Buchman estudió a 906 participantes dentro de una investigación de largo plazo sobre el envejecimiento. Al inicio del estudio, todos respondieron con qué frecuencia realizaban 6 tipos distintos de actividad social, desde salir a comer a restaurantes hasta ir al bingo y visitar amigos. También se les realizó una batería de pruebas de motricidad.

El equipo observó que aquellos con altos niveles de actividad social tenían una mejor función física. Un punto menos en la escala con la que los investigadores midieron la actividad social indicaba que la persona tenía la función motriz de una persona cinco años mayor.

Al quinto año de seguimiento, los participantes con bajo puntaje en la medición de la actividad social tuvieron un deterioro físico más rápido. Las personas con poca actividad física eran también más propensas a desarrollar discapacidad y a morir.

Es posible que las personas con mejor funcionamiento físico tendieran a participar en más actividades sociales, pero el equipo analizó los resultados de varias formas para probar si la relación entre la actividad social y la función motriz era causal.






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