Científicos mexicanos se acercan al origen de la narcolepsia

Es un trastorno del sueño que causa somnolencia excesiva y ataques de sueño frecuentes durante el día.

Científicos mexicanos se acercaron el origen de la narcolepsia, al encontrar la influencia del péptido orexina en el ciclo sueño-vigilia, informó la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma Mexicana.

De acuerdo con el artículo publicado en la revista Frontiers in Neurology por Alberto De la Herrán, Magdalena Guerra y René Drucker, del Departamento de Neuropatía Molecular del Instituto de Fisiología Celular (IFC) de la UNAM, titulado Narcolepsy and Orexins: an example of progress in sleep, fue después de varias generaciones de investigaciones como se encontraron los péptidos de orexina y su asociación en la regulación del ciclo sueño-vigilia.

Para los expertos del Instituto de Fisiología Celular, la experimentación con ratones puede ayudar a encontrar alguna terapia en el futuro, como la terapia génica y los transplantes de neuronas que producen orexina, de células madre precursoras de neuronas, o de células modificadas para producir péptidos de orexina.

La narcolepsia es una enfermedad neurodegenerativa que altera el ciclo en el cual se determina cuándo se está dormido y cuándo despierto; entre los síntomas, y dependiendo de la gravedad de la enfermedad, están la somnolencia excesiva y la debilidad muscular, especialmente ante las emociones fuertes, la incapacidad de moverse al despertar, las alucinaciones auditivas, visuales o táctiles al comienzo del sueño, así como la dificultad para dormir profundamente durante la noche.

La revisión del equipo de investigadores del Instituto de Fisiología Celular, apunta que la narcolepsia es causada por la pérdida de neuronas productoras del péptido llamado orexina o hipocretina. Dichas neuronas se ubican en el hipotálamo lateral del cerebro. La causa de la disminución de estas células es aún desconocida.

Dado que la somnolencia excesiva puede ser el primer síntoma, es difícil diagnosticar este tipo de neuropatología desde sus inicios. Hacerlo puede llevar tiempo porque algunas de sus manifestaciones, como la somnolencia y las alucinaciones, pueden atribuirse a otro tipo de malestares, como la apnea obstructiva o a la privación del sueño.

Existen dos variantes de la orexina, integrados por un conjunto corto de aminoácidos que se crean en neuronas alojadas en el hipotálamo lateral del cerebro. La orexina de estas neuronas se libera en el sistema nervioso central, donde influye en las células relacionadas con el control de la alimentación y en la regulación autónoma de ciertos procesos vitales, es decir, en el control de procesos que ocurren en nuestro cuerpo, pero que operan automáticamente, más allá de nuestra voluntad, como la interacción de las glándulas hormonales y el sistema nervioso, el proceso de estabilización de energía del cuerpo y el ciclo sueño-vigilia.

La orexina juega un papel fundamental en el ciclo sueño-vigilia. Los experimentos con ratones, ya sea modificados genéticamente o silvestres, demostraron que cuando estos animales tenían una pérdida de orexina, mostraban síntomas narcolépsicos, por el contrario, cuando dicho neuropéptido estaba presente a niveles altos, los ratones sufrían periodos largos de vigilia.

Sucesivos experimentos han mostrado que la disminución de las neuronas productoras, implica una gran pérdida de orexina o el cese total de su producción.

Hoy se sabe que la narcolepsia puede estar asociada a una herencia genética, pero hasta ahora no se ha encontrado una mutación de las neuronas involucradas en la producción y recepción de orexina de los humanos. De acuerdo con el artículo citado, otras evidencias sugieren que la narcolepsia podría tener su origen en una alteración del sistema inmunitario.

No obstante las dudas sobre los orígenes de esta enfermedad, la claridad sobre el papel de la orexina en esta enfermedad constituye un gran logro: las alteraciones del sistema de la orexina son fundamentales. Sin embargo, la clarificación de los mecanismos responsables de la pérdida de neuronas orexínicas necesitan ser determinados.

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