La resonancia magnética se usa ampliamente para el tamizaje de mujeres con mayor riesgo de desarrollar cáncer de mama y para la selección del tratamiento. Estudios prospectivos confirman que la resonancia magnética en mujeres con sospecha o confirmación de mutaciones genéticas tiene mayor sensibilidad para la detección del cáncer que la mastografía. Sin embargo, no existen datos epidemiológicos en relación con la sobrevida. En las mujeres con cáncer de mama, la resonancia magnética permite detectar cánceres que no se identifican con otro tipo de exámenes.
En dos estudios aleatorizados, esta mayor sensibilidad no se tradujo en una mejor selección del tratamiento quirúrgico o en una reducción en el número de operaciones. Sin embargo, con los resultados obtenidos, se concluyó que la resonancia magnética es mejor que otros métodos a la hora de evaluar la respuesta del cáncer de mama a la quimioterapia y es de utilidad para identificar el tumor primario en pacientes que presentan afectación de ganglios axilares.
Fuente: The Lancet
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