Una nueva forma de aumentar la cantidad de antibióticos producidos por las bacterias podría mejorar su rendimiento, además, el método también puede ayudar a descubrir nuevos compuestos. Con la amenaza cada vez mayor del desarrollo de resistencia a los antibióticos, estas herramientas serán de gran utilidad para asegurar que tendremos suficiente cantidad de antibióticos útiles en el futuro.
La investigación se publicó en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences y participaron el Dr. Mervyn Bibb y sus colaboradores, el Dr. Takeshi Murakami y el profesor Charles Thompson, de la Universidad de British Columbia.
La mayoría de los antibióticos que conocemos, se producen de forma natural por un grupo de bacterias llamadas Streptomyces; para la producción comercial de estos antibióticos de uso clínico, es necesario aumentar su rendimiento. Típicamente, esto ha sido llevado a cabo mediante la inducción de mutaciones al azar y la detección de las cepas que muestran una mayor producción. Cuando la tecnología avanzó lo suficiente los científicos observaron que, en algunos casos, el incremento en la producción se debió a copias repetidas de los genes necesarios para la producción de antibióticos.
En casi todos los casos, los genes necesarios para producir estos antibióticos se encuentran agrupados en el genoma bacteriano. En el estudio, descubrieron 36 ejemplares de repetición de un grupo de genes en una cepa de Streptomyces que había sido repetidamente seleccionada para producir el antibiótico kanamicina, lo que sugiere que la amplificación controlada y estable de grupos de genes antibióticos es posible y, será una valiosa herramienta para la ingeniería de alto rendimiento comercial de las cepas de bacterias. Los investigadores, se ocuparon de identificar los componentes de Streptomyces responsables de crear los 36 grupos de repetición que produjeron una sobreproducción kanamicina. Estos consistían en dos secuencias de ADN que flanquean el grupo de genes, y una proteína, conocida como ZouA, que reconoce las dos secuencias y las replica.
Los investigadores fueron capaces de diseñar estos componentes y luego insertarlos en otra cepa de Streptomyces.
El grupo de científicos afirma que el sistema va a funcionar igual de bien en muchas otras cepas de bacterias.