Investigadores informan que un nuevo dispositivo implantable es prometedor para las personas que sufren de hipertensión arterial difícil de controlar, la investigación estuvo a cargo del Dr. John D. Bisognano, profesor de medicina en la división de cardiología de la Universidad de Rochester
El dispositivo, que se coloca mediante cirugía justo debajo de la clavícula, envía un choque eléctrico de cuatro a seis voltios a las arterias carótidas. Se dice que eso reduce la presión arterial a través de un proceso conocido como terapia de activación del barorreflejo. El dispositivo podría ayudar a abordar un problema creciente. Ahora vemos a más pacientes con hipertensión resistente, señala el Dr. John D. Bisognano, hay mucha gente con sobrepeso y obesidad, muchos diabéticos, y el tratamiento farmacológico disponible no resuelve el problema para todos.
Los pulsos generados por el dispositivo engañan al cuerpo para que piense que la presión arterial ha subido. En respuesta, el cuerpo envía reguladores que hacen que la presión arterial baje. Los resultados del nuevo ensayo fueron presentados en la reunión del Colegio Americano de Cardiología (American College of Cardiology) en Nueva Orleáns, y aparecen en la edición de la revista Journal of the American College of Cardiology.
El ensayo de fase 3 incluyó a 265 pacientes cuya presión arterial sistólica (el número superior en la lectura) era alta, con un promedio de 179 mmHg, los pacientes eran hipertensos a pesar de tomar hasta tres antihipertensivos, las lecturas de presión arterial superiores a 140/90 mmHg aumentan el riesgo de enfermedad cardiaca y renal, accidente cerebrovascular y muerte.
En un grupo de pacientes el dispositivo se activó un mes tras el implante, mientras que en otro grupo la activación se postergó seis meses. Los investigadores observaron varios factores en el periodo de estudio. Éstos incluyeron una reducción en la presión arterial sistólica a los seis y doce meses, la seguridad de la operación necesaria para implantar el dispositivo, la seguridad de la terapia de activación del barorreflejo y la seguridad del dispositivo mismo.
En las visitas mensuales, si la meta del paciente no se había alcanzado, se aumentaba el voltaje para reducir más la presión arterial, el dispositivo funcionó bien en muchos pacientes, en los primeros seis meses, el 42 % de aquellos cuyos dispositivos se habían activado redujeron su presión arterial sistólica a 140 mmHg, frente a 24 % de aquellos cuyos dispositivos aún no habían sido encendidos.
Al año, cuando el dispositivo estaba activo en ambos grupos, el 52 % de los pacientes lograron la meta de presión arterial de 140 mmHg, mientras usaban el aparato los pacientes siguieron tomando sus antihipertensivos igual que siempre.
Sin embargo, no hubo una mayor reducción de la presión arterial sistólica en los pacientes que recibieron la activación del barorreflejo por un año, en comparación con los que la recibieron por seis meses, anotó el grupo de Bisognano.
Falta tiempo para que la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de EE. UU. apruebe el aparato, el tratamiento será rentable dado el costo de atender a los pacientes que sufren de ataques cardiacos o accidentes cerebrovasculares por la hipertensión, el dispositivo se está rediseñando para usar cables implantables más pequeños que reduzcan las complicaciones quirúrgicas.
Fuente: Journal of the American College of Cardiology