Tumor óseo en la pelvis

En el varón, la cavidad pélvica solo contiene un órgano genital interno: la próstata. Los otros dos órganos son (al igual que la mujer) la vejiga urinaria y la parte final del aparato digestivo: el recto y el colon sigmoides (conocido como recto-sigmoides)

Un tumor óseo es una proliferación anormal de células dentro de un hueso y puede ser no canceroso ( benigno) o canceroso (maligno).

Los tumores óseos a menudo se originan en áreas de crecimiento rápido, pero su causa se desconoce. Las posibles causas son: Mutaciones genéticas hereditarias, radiación, traumatismo.

En la mayoría de los casos no se encuentra ninguna causa específica.

Los osteocondromas son los tumores óseos no cancerosos (benignos) más comunes y suelen aparecer en personas entre los 10 y los 20 años de edad. Algunos de los tumores óseos benignos desaparecen espontáneamente, no requieren tratamiento y se vigilan periódicamente mediante radiografías.

Los cánceres que comienzan en los huesos se denominan tumores óseos primarios, los cánceres que comienzan en otra parte del cuerpo (como las mamas, los pulmones o el colon) son tumores secundarios o tumores óseos metastásicos que se comportan de manera muy diferente a los tumores óseos primarios. El mieloma múltiple a menudo afecta o compromete el hueso, pero no se considera un tumor óseo primario.

Los tumores óseos cancerosos (malignos) comprenden: Condrosarcoma, Sarcoma de Ewing, Fibrosarcoma, Osteosarcomas
Los cánceres más comunes que se diseminan al hueso son los cánceres de:

•Mama
•Riñón
•Pulmón
•Próstata
•Tiroides
Estas formas de cáncer suelen afectar a personas mayores.

La incidencia del cáncer de hueso es mayor en familias con antecedentes de síndromes cancerígenos. En los niños, la incidencia de este cáncer es aproximadamente de unos 5 casos por millón de niños cada año.

Los principañes síntomas son: Fractura ósea, en especial a causa de una ligera lesión (trauma), dolor óseo que puede empeorar en la noche, ocasionalmente se puede sentir una masa e inflamación en el lugar del tumor.

Los exámenes que se realizan son: Nivel sanguíneo de fosfatasa alcalina, biopsia ósea, gammagrafía del hueso, resonancia magnética del hueso y tejidos circundantes, radiografía del hueso
También puede afectar los resultados de los siguientes exámenes: Isoenzima de la fosfatasa alcalina, nivel de calcio en la sangre, hormona paratiroidea, nivel de fósforo en la sangre
El tratamiento para los tumores malignos que se han diseminado al hueso depende del tejido primario u órganos comprometidos. Se puede emplear radioterapia localmente para prevenir fracturas o aliviar el dolor.

Los tumores que comienzan en el hueso (tumores malignos primarios del hueso) son raros y requieren tratamiento en centros especializados en el manejo de este tipo de cáncer. Después de la biopsia, se requiere generalmente una combinación de quimioterapia y una cirugía, y es posible que se necesite la radioterapia antes o después de la cirugía.

La persona puede ayudar a disminuir el estrés que produce la enfermedad uniéndose a un grupo de apoyo, donde los miembros comparten problemas y experiencias en común.

El pronóstico varía dependiendo del tipo de tumor. Se espera que el desenlace clínico sea alentador para las personas con tumores no cancerosos (benignos), aunque algunos tipos de estos tumores pueden volverse cancerosos (malignos).

La mayoría de los pacientes se cura de los tumores óseos malignos que no se han diseminado. Debido a que la tasa de curación depende del tipo de cáncer, localización, tamaño y otros factores. Las posibles complicaciones son: Dolor, funcionamiento reducido, dependiendo de la extensión del tumor, efectos secundarios de la quimioterapia (dependiendo de su tipo), diseminación del cáncer a otros tejidos cercanos (metástasis).

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