Gel de dextrosa podría proteger a recién nacidos del daño cerebral
Un nuevo estudio sugiere que un gel común de dextrosa podría ser usado para curar la hipoglicemia del recién nacido, un problema común que puede producir daño cerebral en hasta el 15% de bebés sanos.
La Dra.Jane Harding, profesora de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, y su equipo de investigadores, realizaron un estudio aleatorizado, doble ciego, controlado con placebo, llamado «El Estudio de Bebés de Azúcar» entre 2008 y 2010, con la participación de 514 niños en situación de riesgo en el Hospital Femenino Waikato ubicado en Hamilton, Nueva Zelanda, que se inscribieron en el plan dentro de 48 horas después del nacimiento; 242 bebés (47%) se volvieron hipoglicémicos y fueron asignados al azar a 200 mg/kg de gel de dextrosa al 40% o un gel placebo.
Los resultados mostraron que el gel de dextrosa redujo la frecuencia de fracaso del tratamiento (16%), en comparación con el placebo (24%), para un riesgo relativo de 0,57. Los investigadores no observaron eventos adversos graves, aunque un 3% de los bebés en el grupo placebo, tuvo una concentración de glucosa en sangre de 0,9 mmol/L; no sucedieron otros eventos adversos. Los bebés que recibieron gel de dextrosa también eran menos propensos a ser admitidos en la unidad de cuidados intensivos neonatales, por la hipoglicemia, para recibir alimentos adicionales de fórmula, y eran más propensos a ser amamantados con éxito.
El estudio es el primer informe en los bebés que muestran que los masajes con gel de dextrosa en el interior de la mejilla son más eficaces que la alimentación únicamente para el tratamiento de la hipoglucemia, y son seguros y fáciles de usar, comenta la Dra. Harding. El tratamiento con gel de dextrosa podrá ayudar a reducir los ingresos a la unidad de cuidado intensivo neonatal para el tratamiento con glucosa intravenosa manteniendo a las madres y los bebés juntos para fomentar la lactancia materna.
La hipoglicemia neonatal, también conocida como baja en el azúcar en la sangre, se puede prevenir, pero los tratamientos actuales son laboriosos, invasivos e incómodos para los bebés, implican alimentación adicional, análisis de sangre repetidos para medir los niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, esto, a menudo, no tiene éxito, y muchos bebés son ingresados a las unidades de cuidado intensivo neonatal para darles glucosa por vía intravenosa, ya que su azúcar en la sangre sigue siendo baja. Los resultados del estudio se publicaron en la revista The Lancet.