Trasplante de Hígado

El trasplante de hígado se reserva para situaciones puntuales, en donde los pacientes no tienen otra solución y existe un riesgo vital para la persona

El trasplante de Hígado es la cirugía que se realiza para reemplazar un hígado enfermo por un hígado sano.

Un hígado donado puede ser de:

  • Un donante que haya muerto recientemente y que no haya tenido lesión hepática. Este tipo de donante se llama donante cadavérico.
  • Algunas veces una persona sana donará parte de su hígado a un paciente, el hígado puede regenerarse por sí solo.

El hígado enfermo del receptor se extirpa a través de una incisión quirúrgica hecha en la parte superior del abdomen. El hígado donado se coloca en su lugar y se conecta a los vasos sanguíneos y a las vías biliares.

Las funciones de un hígado sano son más de 400 e incluyen:

  • Producir la bilis que es muy importante en la digestión
  • Producir proteínas que ayudan con la coagulación de la sangre
  • Eliminar o cambiar bacterias, medicamentos y toxinas en la sangre
  • Almacenar azúcares, grasas, hierro, cobre y vitaminas

La razón más común para un trasplante de hígado en los adultos es la cirrosis. La cirrosis es la cicatrización del hígado que impide que éste trabaje bien y puede empeorar a insuficiencia hepática. Las causas más comunes de cirrosis son:

  • La infección prolongada con hepatitis B ó C
  • Alcoholismo prolongado

Otras enfermedades que pueden causar cirrosis e insuficiencia hepática son:

  • Hepatitis autoinmunitaria
  • Coágulo de sangre en la vena hepática (trombosis)
  • Daño hepático por intoxicación o medicamentos
  • Problemas con el sistema de drenaje del hígado (vías biliares), tales como cirrosis biliar primaria o colangitis esclerosante primaria
  • Trastornos metabólicos del cobre o del hierro (enfermedad de Wilson y homocromatosis)

La cirugía de trasplante de hígado no se recomienda para pacientes que tengan:

  • Ciertas infecciones, como tuberculosis u osteomielitis
  • Dificultad para tomar medicamentos varias veces cada día por el resto de sus vidas
  • Cardiopatía, neumopatía o hepatopatía (u otras enfermedades potencialmente mortales)
  • Antecedentes de cáncer
  • Infecciones como hepatitis que se considera que están activas
  • Tabaquismo, alcoholismo o drogadicción u otros hábitos de estilo de vida peligrosos

Los riesgos de cualquier cirugía son:

  • Hemorragia
  • Ataque cardíaco o accidente cerebrovascular
  • Infección
  • La cirugía de trasplante de hígado y el tratamiento después de la cirugía acarrean grandes riesgos. Hay un mayor riesgo de infección debido a que se tienen que tomar medicamentos que inhiben el sistema inmunitario para prevenir el rechazo al órgano trasplantado.

Antes del procedimiento

El equipo que realiza el trasplante hará una evaluación, se necesita verificar que sea un buen candidato para un trasplante de hígado. Los exámenes que se hacen antes del procedimiento son:

  • Histotipado y determinación del grupo sanguíneo para verificar que el cuerpo no vaya a rechazar el hígado donado
  • Exámenes de sangre o pruebas cutáneas para verificar si hay infección
  • Exámenes del corazón como un ECG, ecocardiografia o cateterismo cardíaco
  • Exámenes para buscar cáncer incipiente
  • Exámenes para observar su hígado, vesícula biliar, páncreas, intestino delgado y vasos sanguíneos alrededor del hígado

Después del procedimiento

La persona que recibe un riñón donado, necesitará permanecer en el hospital durante alrededor de 3 a 7 días. Después de eso, necesitará controles minuciosos por parte de un médico y hacerse exámenes de sangre regulares durante 1 a 2 meses.

El período de la recuperación es de aproximadamente 6 a 12 meses. El equipo que realizó el trasplante puede solicitar que permanezca cerca del hospital durante los primeros tres meses, necesitará hacerse chequeos médicos regulares, con exámenes de sangre y radiografías durante muchos años.

Convalecencia

Las personas que reciben un trasplante de hígado pueden rechazar el nuevo órgano. Esto significa que su sistema inmunitario ve el nuevo hígado como una sustancia extraña y trata de destruirlo.

Para evitar el rechazo, casi todos los receptores de trasplantes deben tomar medicamentos que inhiban su respuesta inmunitaria por el resto de sus vidas. Esto se denomina terapia inmunodepresora. Aunque el tratamiento ayuda a prevenir el rechazo al órgano, también pone a las personas en un mayor riesgo de infección y cáncer.

Un trasplante exitoso requiere el control cuidadoso con el médico y siempre debe tomar el medicamento de acuerdo con las instrucciones.

 

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