El insomnio es la incapacidad de conciliar o mantener el sueño hasta obtener un descanso reparador… El insomnio se divide en dos categorías: primario y secundario.
La Dra. Yoali Arana, psicóloga y coordinadora de la Clínica del Sueño de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), afirma que el insomnio puede ser síntoma de algún trastorno del sueño o un problema médico psiquiátrico y es cuando se considera secundario a algún otro problema. Cuando no existe una razón médica que esté generando insomnio, se conoce como primario y el origen de este trastorno es conductual, por malos hábitos de sueño.
De acuerdo con su momento de aparición el insomnio puede dividirse en 3 grupos, de inicio, intermedio y tardío. La Dra. Arana explica que el insomnio de inicio es cuando la persona se acuesta y tarda más de media hora en quedarse dormida. El insomnio intermedio ocurre cuando el individuo se duerme con facilidad pero despierta varias veces durante la noche y finalmente el insomnio tardío se refiere a que el paciente siente que se duerme con facilidad, prácticamente no tiene despertares, pero se levanta en la madrugada, generalmente a las dos o tres de la mañana y le es imposible volverse a dormir.
Las causas más comunes de insomnio incluyen consumo de sustancias como la cafeína, el alcohol y el tabaco; hacer ejercicio vigoroso poco tiempo antes de dormir y pasar mucho tiempo en la cama realizando actividades diversas como usar la computadora, o las tabletas electrónicas… El insomnio puede ser síntoma de otros trastornos como la depresión. La investigadora de la UAM explica que uno de los síntomas de la depresión es el insomnio tardío. Los síntomas cardinales de la depresión son un estado de ánimo decaído, anedonia, es decir incapacidad para experimentar placer e insomnio tardío.
El insomnio de inicio, suele asociarse con ansiedad y el intermedio con el consumo de activadores como el café o el alcohol, así como a ciertos trastornos orgánicos… El tratamiento consiste inicialmente en eliminar la causa en los casos de insomnio secundario y para el insomnio primario, se recomienda la terapia cognitivo-conductual. La Dra. Arana explica que la terapia cognitivo-conductual implica trabajar con los pensamientos negativos alrededor del sueño y también con la parte conductual, es decir con todos los malos hábitos que se tienen alrededor del sueño.
De esta forma se busca que el paciente logre asociar el sueño con ideas y sensaciones placenteras y que evite las actividades estimulantes antes de dormir.
Dos horas antes de dormir se recomienda evitar la exposición a fuentes luminosas, incluyendo la computadora, reposar y no consumir alimentos excesivamente grasosos.