El síndrome de Tourette, es un padecimiento neurológico que implica la realización de movimientos involuntarios, así como la emisión de sonidos sin control, lo cual suele derivar en groserías.
El síndrome de Tourette fue descrito por Georges Gille de la Tourette en 1885 e implica un defecto a nivel de funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales como la dopamina, la serotonina y la norepinefrina, que son los químicos responsables de permitir la comunicación entre las células nerviosas.
El síndrome de Tourette es más común en varones en una proporción de 4 a uno con respecto a las mujeres y suele manifestarse a partir de los 7 años de edad.
Los pacientes con síndrome de Tourette suelen presentar tics, es decir movimientos repetitivos e incontrolables que pueden ser desde cerrar los ojos y hacer muecas hasta movimientos amplios de brazos o piernas, que pueden parecer patadas o empujones. Las personas con síndrome de Tourette también pueden emitir sonidos extraños similares a gruñidos o con menor frecuencia decir palabras altisonantes, es decir groserías, condición conocida en medicina como coprolalia.
Si una persona con síndrome de Tourette intenta inhibir su tic durante unos minutos, al momento de volver a hacer el movimiento, lo realizará con mayor intensidad.
Los casos leves de síndrome de Tourette no requieren de tratamiento, sin embargo, cuando se recurre a medicamentos, éstos implican bloqueadores de la dopamina con la finalidad de controlar los tics. En ocasiones, también se puede administrar medicamentos anticonvulsivos.
Los pacientes con síndrome de Tourette suelen mejorar en la edad adulta, pero solo en 8% de los casos, hay una remisión completa de los síntomas.