Síndrome de Gourmand nuevo trastorno alimenticio

El síndrome del Gourmand es muy raro y curioso, produce en el paciente un irreflenable deseo de comprar o cocinar alimentos exquisitos y platos muy sofisticados

Los trastornos alimenticios están a la orden del día actualmente, la anorexia, la bulimia, el síndrome del atracón y la ortorexia son algunas de estas patologías a las cuales se les suma el Síndrome de Gourmand, una rara condición que produce en la persona un deseo incontenible por comprar y cocinar alimentos exquisitos y platillos muy sofisticados.
El Síndrome de Gourmand fue descrito por vez primera en 1997 por los investigadores Regard y Landis, es una patología  relativamente benigna, pero con el paso del tiempo puede causar serios niveles de estrés y profundos daños a la economía.
Para diagnosticar el Síndrome de Gourmand se deben tener en cuenta los siguientes criterios:
Los hábitos alimenticios consisten en: Señales normales de hambre y saciedad, ansia persistente por la comida, preocupación acerca de los actos relacionados con la comida y el comer, consumo de alimentos de excelente calidad, cada platillo debe estar dentro de los estándares de calidad promedio.

Este hábito no se experimenta como un síntoma patológico, es decir, la persona no tiene consciencia de su enfermedad
Evidencia de una lesión cerebral

No existe una historia clínica anterior de enfermedad mental o trastornos alimenticios. El origen del Síndrome de Gourmand radica en una lesión en las áreas anteriores del cerebro que involucran la zona cortical, basal y las estructuras límbicas, siempre de la zona derecha.
Esta hipótesis inicial tendría una base neurológica, posteriormente ha sido confirmada por varios casos aislados que han continuado apareciendo, sobre todo en personas con epilepsia.
Generalmente el Síndrome de Gourmand se acompaña de otros cambios producidos por la lesión cerebral como son: el escaso control de los impulsos y la desinhibición.
Aparentemente los factores culturales no desempeñan un papel esencial ya que muchos de los casos analizados del Síndrome de Gourmand no tenían una relación particularmente especial con la comida antes del daño cerebral.

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