Síndrome de fuga capilar sistémica

Síndrome que permite la fuga de fluidos y proteínas desde el sistema circulatorio al espacio intersticial dando lugar a shock y edema masivo


El Síndrome de fuga capilar sistémica es una grave enfermedad, que se debe a un incremento de la permeabilidad capilar, caracterizada por episodios de hipotensión, edema e hipovolemia.

El síndrome también conocido como síndrome de extravasación capilar es muy raro, se han descrito menos de 150 casos desde su descripción en 1960.

La edad promedio de aparición ronda los 45 años; los casos pediátricos o geriátricos son raros. La enfermedad se caracteriza por la alternancia de crisis y fases de reposo. Han sido descritas tras una infección, en su mayoríama de las vías respiratorias superiores, durante los periodos perimenstruales o post-parto y, con menor frecuencia, tras un esfuerzo físico intenso. Pueden durar días o semanas, pueden ser de gravedad variable, desde el grado 1 (hipotensión en respuesta a hidratación oral) al grado 4 (episodios de extrema gravedad), y tienen una evolución en tres pasos. Las crisis pueden empezar con síntomas como: debilidad generalizada, fatiga, mialgias, hipotensión ortostática, posibles manifestaciones digestivas, fiebre ocasional y aumento de peso. La fase de fuga continúa con oliguria, hipotensión arterial y un rápido desarrollo de un edema en la cara o en las extremidades superiores sin afectar a los pulmones. La hipotensión puede conllevar un choque hipovolémico manteniendo la conciencia. En la fase post-fuga, la reabsorción masiva de edemas provoca poliuria y pérdida de peso. Los rasgos biológicos son una asociación característica de hemoconcentración con hipoalbuminemia sin albuminuria, leucocitosis y un descenso de proteinemia a un rango de 350-750 kDa.
Los casos crónicos han sido descritos con un edema generalizado, efusiones viscerales, hipotensión, y una hemoconcentración más sutil. Las complicaciones pueden ocurrir en las fases aguda y de post-fuga: en la primera, incluyen el síndrome compartimental con rabdomiólisis, arritmias cardiacas, trombosis, pancreatitis, pericarditis, convulsiones, edema cerebral o engrosamiento del miocardio. La rabdomiólisis y la pericarditis fatal pueden ocurrir también en la fase post-fuga, pero es más frecuente la sobrecarga cardiovascular. En esta etapa también se ha descrito un edema pulmonar agudo fatal.

El Síndrome de fuga capilar sistémica es causado por una hiperpermeabilidad capilar de etiología desconocida. Se han considerado diversas hipótesis fisiopatológicas como un mecanismo mediado por inflamación o un daño del endotelio capilar por gammapatía monoclonal.

El diagnóstico tiene como principales indicadores: evaluación física y biológica, recurrencia de las crisis, asociación de hemoconcentración con hipoalbuminemia. La presencia de una inmunoglobulina monoclonal anómala denominada paraproteína es indicativa del diagnóstico pero no concluyente.

El diagnóstico diferencial incluye sepsis, anafilaxis, otras causas de fuga capilar, e interrupción de la vena cava inferior.

No existe tratamiento curativo; el manejo es sintomático y profiláctico. No se recomienda la administración de fluidos intravenosos ya que no se aumenta la presión arterial y empeora el edema, y además, aumenta el riesgo de sobrecarga vascular en la fase post-fuga. La administración oral de líquidos conteniendo electrolitos puede reducir la gravedad del ataque, si se toman a tiempo, por lo que es crucial la educación del paciente para detectar signos tempranos del pródromo. Los agonistas beta-adrenérgicos y los inhibidores de la fosfodiesterasa mostraron buenos resultados en algunos casos pero presentan serios efectos secundarios. Las inmunoglobulinas intravenosas constituyen una estrategia profiláctica prometedora.

A pesar del progreso en el diagnóstico y en el manejo que ha prolongado la esperanza de vida de los pacientes, el pronóstico sigue siendo desfavorable ya que la mortalidad alcanza el 30-40% tras 10 años.

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