Nadar en aguas contaminadas puede ser altamente riesgosos. Es posible contraer infecciones en la piel, los ojos, los oídos, el aparato digestivo y hasta la presencia de sanguijuelas en la vagina, condición llamada hirudiniasis.
La introducción de una sanguijuela en la vagina ocasiona ardor, dolor punzante y comezón en el interior de la vagina. Al explorar con un espejo vaginal, el médico suele observar que la vagina está muy enrojecida y puede visualizar la sanguijuela. la sanguijuela a través del espejo vaginal asemeja un coágulo sanguíneo.
Las sanguijuelas acuáticas de tipo macrobdella decora miden de 8 a 15 centímetros de longitud y de 1 a 1.5 centímetros de ancho. El cuerpo de las sanguijuelas es plano en la parte posterior y puntiagudo hacia delante. Las sanguijuelas tienen 2 ventosas con tres mandíbulas de más de 100 dientes. El dorso de las sanguijuelas suele ser de color verde olivo y el vientre gris obscuro. Esta variedad de sanguijuelas habita en arroyos de corriente lenta, estanques y lagos de agua dulce.
Las sanguijuelas jóvenes pueden ingerirse accidentalmente al beber agua contaminada y se adhieren a la mucosa de la nariz y la garganta, así como al esófago, pudiendo incluso pasar a la laringe, la tráquea y los bronquios.
El tratamiento de la hirudiniasis implica la extracción con una pinza de las sanguijuelas y la aplicación de una sustancia para respablecer la mucosa del área dañada. Uno de los principales riesgos, además de la gran molestia que representa tener una sanguijuela que succiona la sangre, es la infección del área afectada por otros microorganismos patógenos.