El ruido del tránsito tiene consecuencias peores que una simple incomodidad, estos molestos sonidos aumentan el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular, especialmente en las personas de más de 65 años, concluye una nueva investigación realizada por la Dra. Mette Sørensen, de la Sociedad Danesa de Oncología.
Estudios previos asocian al ruido del tránsito con un aumento en el peligro de desarrollar una hipertensión arterial o un ataque cardíaco, y la investigación suma evidencia que prueba los malos efectos de estos sonidos sobre el sistema cardiovascular, dijo Mette Sørensen, de la Sociedad Danesa de Oncología (Dinamarca).
Los accidentes cerebrovasculares ocurren cuando la sangre no llega a una parte del cerebro. Esto puede suceder porque un coágulo bloquea un vaso sanguíneo (accidente cerebrovascular isquémico) o cuando un vaso se rompe y por lo tanto la sangre se derrama (accidente cerebrovascular hemorrágico).
Existen diversos factores de riesgo para esta seria patología, incluyendo la hipertensión arterial, ciertos problemas cardíacos, diabetes, niveles altos de colesterol y la edad. A su vez, el alcohol, el tabaco, ciertos medicamentos y las drogas también incrementan el peligro.
Los autores analizaron la relación entre el ruido del tránsito y los accidentes cerebrovasculares trabajando con 57.053 voluntarios de 50 a 64 años de edad. Analizaron cuan expuestos estaban a los ruidos molestos y siguieron de cerca su salud entre 1993 y 1997. En ese período, un total de 1.881 participantes sufrieron un accidente cerebrovascular.
La Dra. Sørensen notó que por cada 10 decibeles extra de ruido aumenta un 14% el peligro de sufrir un accidente cerebrovascular. En los mayores de 65 años esta asociación fue más grave ya que el incremento en el riesgo fue del 27%.
Aún no se sabe cuál es el mecanismo detrás de esta asociación negativa pero el especialista sugirió que podrían ser el stress y los problemas para dormir, que son los factores que explican la relación entre el ruido del tránsito y la mayor incidencia de la hipertensión y los ataques cardíacos.