Un total de 10.037 mujeres han sido sometidas a la extracción de prótesis mamarias de la marca francesa PIP, compuestas por una silicona no autorizada en la Unión Europea.
La Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de Productos de Salud reveló que de ellas 6.467 mujeres se beneficiaron de un programa de extracción preventiva, mientras que otras 2.638 habían sufrido roturas de las prótesis.
En otras 1.436 mujeres se detectaron reacciones inflamatorias, precisó la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de Productos de Salud.
En total, la agencia informa de que se han detectado 53 casos de adenocarcinomas mamarios en mujeres que tenían ese tipo de prótesis, aunque la Agencia Nacional de Seguridad del Medicamento y de Productos de Salud recuerda que el Instituto Nacional del Cáncer francés estimó en diciembre de 2011 que no había relación directa de riesgo detectada entre los implantes y la aparición de esos cánceres.
El Servicio Nacional de Salud del Reino Unido afirmó que el gel de silicona de estas prótesis, que habitualmente se utiliza en la fabricación de colchones y que no cuenta con autorización de la Unión Europea para su uso en implantes mamarios, puede causar irritación pero no supone una amenaza a largo plazo para la salud humana.
Los implantes desencadenaron un escándalo de alcance mundial después de que las autoridades sanitarias galas observaran que contenían ese gel industrial en lugar de silicona médica.
Ante el riesgo de ruptura e irritación de los tejidos que provocaban esas prótesis, el Gobierno francés recomendó a finales del año pasado a las cerca de 30.000 portadoras en Francia que se las retiraran, una decisión que fue seguida por en otros países.
El responsable de esa empresa, Jean-Claude Mas, fue encarcelado en Marsella por no haber pagado la fianza que le había impuesto la juez que le imputó por su presunta responsabilidad en este escándalo, y es objeto también de una investigación judicial por estafa.