Las personas que consumen las dietas más variadas también son las que más descansan, halla un estudio realizado por el Dr. Michael Grandner, profesor de psiquiatría y miembro del Centro de Neurobiología del Sueño y Circadiana de la Facultad de Medicina Perelman de la Universidad de Pennsylvania.
Los investigadores hallaron que ciertos nutrientes desempeñan un rol importante en la duración del sueño. Y también concluyeron que las personas que consumen una amplia variedad de alimentos (un indicador de una dieta saludable en general) tienen los patrones de sueño más sanos.
Aunque muchos reconocemos que hay una relación entre lo que comemos y cómo dormimos, ha habido pocos estudios científicos que han explorado esta conexión, sobre todo en una situación del mundo real, comenta el Dr. Grandner.
Quienes reportan entre siete y ocho horas de sueño por noche son los más propensos a experimentar una salud y un bienestar mejores, simplemente se planteo la pregunta de si había diferencias en la dieta entre los que reportaban unos patrones de sueño más cortos, más largos, o estándares.
El Dr. Grandner y colegas analizaron datos de la Encuesta nacional de examen de salud y nutrición de EUA y hallaron que quienes dormían poco (de cinco a seis horas por noche) consumían la mayor cantidad de calorías, seguidos de los que tenían un sueño normal (de siete a ocho horas), los que dormían muy poco (menos de cinco horas), y los que dormían mucho (nueve o más horas).
En cuanto a la ingesta de una dieta bien equilibrada, quienes tenían un sueño normal consumían la dieta más variada, y los que dormían poco consumían la dieta menos variada, según el estudio, los resultados del estudio se publicaron en la revista Appetite.
Un sueño muy corto se asocia con una menor ingesta de una sustancia llamada licopeno (que se halla en los alimentos de color rojo y naranja, como los tomates), de carbohidratos totales y de agua. Un sueño corto se asocia con una ingesta más baja de vitamina C, agua, selenio (un mineral que se halla en los frutos secos, la carne y los mariscos) y una ingesta más alta de los nutrientes hallados en las verduras de hojas verdes (llamados luteína y zeaxantina).
Un sueño de larga duración se asoció con una menor ingesta de una sustancia que se halla en el chocolate y el té (llamada teobromina), una grasa saturada llamada ácido dodecanoico, la colina (que se halla en los huevos y en las carnes grasas), carbohidratos totales, y una mayor ingesta de alcohol. En general, las personas que duermen de siete a ocho horas cada noche difieren en cuanto a la dieta, en comparación con las que duermen menos o más. También hallamos que un sueño de duración corta o larga se asocia con una menor variedad de alimentos.
Fuente: Perelman School of Medicine at the University of Pennsylvania