Investigadores encabezados por el Dr. Brendan Keating, del Hospital Pediátrico de Filadelfia en EUA, identificaron cuatro nuevos genes relacionados con la diabetes tipo 2, y también localizaron seis variantes genéticas independientes asociadas con la diabetes en lugares del cromosoma que ya se conocían.
Estos hallazgos, provenientes de un análisis de 50,000 variantes genéticas en 2,000 genes relacionados con la función cardiaca y metabólica, aparecen en la revista American Journal of Human Genetics.
Los resultados ofrecen información sobre el riesgo genético de la diabetes tipo 2 en varios grupos étnicos, y podrían ayudar a encontrar nuevos tratamientos.
Una variedad de factores ambientales y genéticos se asocian con la diabetes tipo 2. En conjunto, las variantes genéticas conocidas de la diabetes tipo 2 explican apenas alrededor del 10% de la variación genética, lo que indica que factores genéticos adicionales probablemente contribuyan al riesgo de la enfermedad, comenta el Dr. Keating.
Los estudios anteriores se basaron casi exclusivamente en individuos de ascendencia europea, y los contribuyentes genéticos a la diabetes tipo 2, se comprenden menos bien en las poblaciones no europeas, un importante primer paso hacia la comprensión del riesgo genético en las poblaciones es establecer si los genes asociados con la diabetes conocidos se solapan en distintas etnias o son específicos de las poblaciones.
El Dr. Keating y un equipo internacional analizaron 39 estudios de múltiples etnias sobre la diabetes tipo 2 que incluyeron a más de 17,000 personas con diabetes y 70,000 personas que no sufrían de la enfermedad. Como resultado del análisis genético a gran escala, descubrieron variantes genéticas europeas y multiétnicas desconocidas y confirman que, en conjunto, los factores genéticos de riesgo conocidos influyen sobre la diabetes tipo 2 en poblaciones multiétnicas, que incluyen a personas de origen africano, hispano y asiático.
Identificar nuevos genes asociados con la diabetes tipo 2 en grupos étnicos diversos podría guiar estrategias para el desarrollo de nuevos tratamientos.
Fuente: American Journal of Human Genetics