En un estudio sobre recién nacidos de muy bajo peso, una estrategia con presión positiva continua en las vías aéreas de burbuja profiláctica seguida del uso temprano y selectivo de un surfactante, redujo el uso de ventilación mecánica sin aumentar la morbilidad y la mortalidad.
La estrategia, dentro del protocolo INSURE (intubación, surfactante, extubación), es especialmente importante para el manejo de los bebés prematuros del mundo en desarrollo, con pocos respiradores y poca disponibilidad de surfactante.
La presión positiva continua en las vías aéreas de burbuja es un método no invasivo, pero intensivo, de asistencia respiratoria: las burbujas dentro de una botella de agua provocan presión, que se transmite al bebé por una cánula nasal.
El estudio se realizó en 12 unidades de terapia intensiva neonatal terciarias de cinco países sudamericanos: Argentina, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay.
Los resultados demuestran que es posible utilizar con éxito esta estrategia respiratoria no tan invasiva en los recién nacidos prematuros de nuestra región. El estudio se publicó en la revista en The Journal of Pediatrics.
El estudio incluyó 256 neonatos con respiración espontánea de entre 800 y 1.500 g.
Al azar, el equipo del Dr. José L. Tapia, de la Pontificia Universidad Católica de Chile, en Santiago, utilizó la estrategia presión positiva continua en las vías aéreas de burbuja/INSURE con 131 bebés y oxígeno suplementario (vía una máscara o una cánula nasal), surfactante y ventilación mecánica si era necesaria con 125 bebés (grupo tratado con oxígeno/VM).
La estrategia CPAP/INSURE redujo significativamente la frecuencia de uso de la ventilación mecánica (un 29,8 versus un 50,4 por ciento) y de surfactante (un 27,5 frente a un 46,4 por ciento).
No hubo diferencia significativa entre los grupos en cuanto a la mortalidad, el neumotórax o la displasia broncopulmonar, pero sí una tendencia a la reducción de la incidencia de cada una de esas complicaciones.
Fuente: Journal of Pediatrics