A través de los años, el ajo se ha usado como una medicina para la prevención de un amplio rango de enfermedades y condiciones. El diente fresco de ajo o suplementos hechos del diente de ajo se utilizan para algunos medicamentos.
El ajo se utiliza para muchos padecimientos relacionados con el corazón y el sistema circulatorio. Estas condiciones incluyen la presión arterial alta, el colesterol alto, las enfermedades de las arterias coronarias y en consecuencia los infartos cardiacos. Algunos de estos usos tienen bases científicas. El ajo puede ser eficaz para frenar el desarrollo de la arterioesclerosis y al parecer puede reducir levemente la presión arterial.
Hay mucha variación entre los productos de ajo que se venden con propósitos medicinales. La cantidad de alicina, el ingrediente activo y la fuente del olor distintivo del ajo, varía de acuerdo con el método de preparación. La alicina es inestable y se transforma muy rápidamente en otra sustancia química, algunos fabricantes se aprovechan de esto y envejecen el ajo para hacerlo sin olor. Desgraciadamente, esto también disminuye la cantidad de alicina y compromete la eficacia del producto. Algunas preparaciones y productos de ajo sin olor podrían contener muy poca alicina, o bien nada. Los métodos de preparación que involucran aplastar el diente de ajo fresco liberan más alicina. Algunos productos tienen una cubierta especial para protegerlos de los efectos del ácido en el estómago.
El consumo de ajo es probablemente seguro para la mayoría de la gente. El ajo puede causar mal aliento, una sensación de quemazón en la boca o el estómago, acidez, gas, náuseas, vómito y olor corporal desagradable. En general, estos efectos secundarios son peores si se usa el ajo crudo.
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