Un pequeño roedor africano, que tiene una capacidad extraordinaria de regeneración de tejidos, está ayudando a encontrar un tratamiento para curar heridas en humanos sin dejar cicatrices, afirma el Dr. Ashley Seifert. El ratón espinoso puede regenerar piel y pelaje en la espalda tras una herida, sin dejar cicatriz.
El ratón, una especie de los llamados Acomys -o ratones espinosos- es capaz de arrancarse la piel para escapar de sus depredadores.
Cuando sufren una herida estos animales pueden perder hasta 60% de la piel en su lomo para después regenerar rápidamente nuevo tejido y desarrollar nuevo pelaje sin dejar cicatrices.
El hallazgo, afirman los científicos en la revista Nature, ofrece un nuevo modelo de investigación para la medicina regenerativa en humanos, durante años los científicos han estado estudiando las salamandras por la capacidad que tienen para regenerar extremidades perdidas.
Con el hallazgo del ratón espinoso, por primera vez se cuenta con un modelo de mamífero con capacidad de regeneración de tejido que acerca más a la posibilidad de encontrar una terapia para humanos.
El ratón espinoso africano parece regenerar el tejido de la oreja de la misma forma como la salamandra puede volver a desarrollar una extremidad que ha perdido con un depredador.
La piel, los folículos pilosos, el cartílago. Todo vuelve a crecer, ees la primera vez que se encuentra esta capacidad en un mamífero. Por lo general en estos animales se forma una cicatriz para llenar el hueco que ha creado una lesión.
Los científicos observaron que además de una rápida curación de la piel, los ratones también eran capaces de sanar grandes orificios en las orejas. Y también volvieron a desarrollar folículos pilosos, glándulas sudoríparas y cartílago. Las pruebas mostraron que el ratón produce un centro de regeneración, llamado blastema, para poder reparar la lesión.
El blastema es un conjunto de células madre que también utiliza la salamandra para reconstruir las partes faltantes de su cuerpo, una de las principales limitaciones que los humanos, o los mamíferos, tenían para regenerar apéndices era la incapacidad para formar un blastema.