El ingreso de parásitos al organismo origina en la mayoría de los casos problemas de salud muy severos.
La parasitosis no solo un problema médico, también es un grave problema sociocultural”.
La parasitosis intestinal confunde a muchos profesionales, que no la conocen en profundidad, no la tienen en cuenta o la descartan con análisis equivocados. Los parásitos viajan en colectivo, van al trabajo, a la escuela y están en la casa. Para tener una idea, el 50 % de la población infantil puede estar afectada de parasitosis.
Los parásitos más encontrados en análisis son: Ancylostoma duodenale y Necator americano, Giardias lamblia (lambliásis), Blastocistis hominis (Blastositosis), amebas (Entamoeba histolítica, peuk, nana, (el Complejo histolítico), Amebiásis y Ascaris (Ascaris lumblicoides variedad hominis, Toxocara canis, Toxocara felis), entre otros.
Existen dos formas de manifestar la acción tóxica parasitaria. La primera llamada “general”, en las que están involucradas los problemas digestivos: mal aliento, apetito inestable, constipación, diarreas, acidez, cuadros apendiculares o vesiculares, gastroenteritis, etc. Las toxinas parasitarias, provocan un bloqueo de la absorción de los alimentos a nivel de la mucosa intestinal, que provoca en muchos casos la delgadez de muchos de sus «huespedes». Un hecho común que presentan casi todos los parasitados es la intolerancia alimenticia denominada discontinua, hoy sí, mañana no.
La segunda manifestación es la tóxica propiamente dicha. Se desarrollan lejos de donde los parásitos están alojados y lo hacen por medio de sus toxinas, cuando existe una sintomatología típica de una enfermedad determinada, la cual tratada convenientemente no tiene como resultado la mejoría; sientan la necesidad de pensar en una posible parasitosis intestinal, años de observación por parte de investigadores, recopilación de datos, interrogatorio completos, respaldan esta posición.
Los principales síntomas que presentan los niños son: picazón en el ano, nariz ojos u oídos. Por las mañanas pueden encontrar la cama revuelta, debido a movimientos incoordinados durante el sueño. También puede manifestarse casos de bruxismo, frecuentes dolores de cabeza o estómago, que se resfríen a menudo o que presenten amigdalitis frecuentemente. Le suelen salir manchas en la piel o urticaria, hay niños que presentan mucho apetito pero que a pesar de su ingesta abundante no suben de peso.
Hay síntomas característicos de afectación de otras partes del organismo, por ejemplo en el Sistema Nervioso Central, la persona parasitada manifiesta angustias, irritabilidad, insomnio, inestabilidad emotiva, desgano, pérdida de la memoria y de la capacidad de concentración, trastornos de conducta en el niño escolar. Hay casos de convulsiones que parecen epilépticas
En el aparato respiratorio: cuando la parasitosis intestinal no ha sido tratada, podrá dar sintomatología de tipo asmático. Las bronquitis alérgicas tienen en el parasitado el mismo origen y tratamiento. Crisis de estornudos; síntoma frecuente; muy molesto que se asocia a picazón y secreción nasal y ocular.
En el aparato circulatorio la parasitosis puede provocar calambres, hipotensiones resistentes debido a que los parásitos segregan una sustancia llamada Histamina, vasodilatadora, que provoca la caída de la tensión arterial causando cansancio, decaimiento, mareos y cefaleas.
Las enfermedades parasitarias afectan a diversos grupos de poblaciones de todas las edades y sexos. Las cifras de infección varían de acuerdo con las características humanas y sociales. El conocimiento acerca de la distribución y prevalencia de las infestaciones y enfermedades parasitarias es insuficiente, por los precarios recursos para su estudio y control epidemiológico. En las zonas rurales, no hay niño que se salve de alguna enfermedad parasitaria y que en general están afectada al mismo tiempo de una sola parasitosis, sino de varias, son la consecuencia de la desinformación y la imposibilidad de resolución del problema. Sin embargo en las principales capitales del país también se encuentra un panorama similar.
Giardia lamblia figura en el primer lugar en la lista de parásitos intestinales. Además de ocasionar diarrea, los síntomas más comunes son gases, malestar general y dolores abdominales, este parásito afecta la absorción de nutrientes y en casos crónicos puede provocar un cuadro de desnutrición, severa especialmente en niños. Se estima que unos 200 millones de personas son infectadas anualmente por este parásito.