Hasta el mejor amante del mundo querría saber lo que descubrió un grupo de científicos estadounidenses y así mejorar la respuesta sexual en las mujeres que conoce.
Expertos de la Universidad de Rutgers en EUA, encabezados por el Dr. Barry Komisaruk, lograron «fotografiar» por primera vez las zonas del cerebro que se activan durante la estimulación del clítoris, de la vagina y del cuello del útero para elaborar un mapa de las fuentes directas del placer femenino a la hora de una relación sexual.
El Dr. Komisaruk comenta que se ha demostrado que la estimulación de la vagina, el cuello del útero y el clítoris activa tres sitios distintos y separados en la corteza sensorial. Las tres representaciones se agrupan en la misma región de la corteza sensorial, al igual que la estimulación de los genitales de los hombres activa zonas de esta área.
Lo que fue una sorpresa es que la autoestimulación del pezón activa no sólo la región de la corteza sensorial, también activa las mismas zonas que la región genital, lo que explica por qué algunas mujeres pueden tener orgasmos a través del tocamiento del área mamaria.
De esta manera los científicos comprobaron que cada una de esas zonas femeninas, activa una parte concreta del cerebro, y que por lo tanto son fuentes directas del placer. Ayudados por un escáner cerebral, comprobaron en 11 mujeres, que en el proceso que conduce al orgasmo femenino intervienen hasta 30 zonas distintas del cerebro y que se despiertan áreas que tienen que ver con el tacto, la memoria, el placer y el dolor.
El Dr. Komisaruk aclara que algunos expertos han afirmado que en la sexualidad femenina, la principal fuente de placer la proporciona el clítoris y que este goce es relativamente menor con la estimulación vaginal o del cuello uterino. Sin embargo, los hallazgos muestran que existe una fuerte activación sensorial producida por la estimulación de estas dos zonas.
Esta es la base para un mejor entendimiento de cómo la manipulación genital se propaga de forma secuencial a través del cerebro a partir de la activación inicial de la corteza sensorial, para ‘encender’ al tiempo las regiones cerebrales que producen el orgasmo. La corteza sensorial procesa la información a partir de las células nerviosas vinculadas a diferentes partes del cuerpo.
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