Los cerebros de pacientes de Síndrome de fatiga crónica, una afección que con frecuencia se comprende mal y que se caracteriza por una fatiga sin explicación y debilitadora, no responden a las recompensas de la misma forma que los cerebros de las personas sanas, sugiere un estudio reciente encabezado por la Dra. Dra. Elizabeth Unger, jefa de la rama de enfermedades virales crónicas de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Los investigadores realizaron IRM funcionales de los cerebros de 18 personas que sufrían de síndrome de fatiga crónica y de 41 voluntarios sanos, y hallaron que los que tenían fatiga crónica experimentaban significativamente menos cambio en el flujo sanguíneo a los ganglios basales en respuesta a ganar un sencillo juego de cartas que buscaba estimular los sentimientos de recompensa.
Investigaciones anteriores han mostrado que los ganglios basales, una región en la base del cerebro que se asocia con la actividad motriz y la motivación, se ven afectados en las enfermedades asociadas con la fatiga. Los participantes con la fatiga crónica más grave experimentaron los cambios más pequeños en la actividad de los ganglios basales.
No se sabe si estos cambios tienen que ver con la causa del Síndrome de fatiga crónica o si se hallan como resultado del síndrome señala la Dra. Unger, quien comenta que todos los estudios científicos cuidadosamente controlados sobre el Síndrome de fatiga crónica ayudan a aumentar la credibilidad de esta enfermedad tan compleja. Aunque los hallazgos son preliminares respaldan una teoría biológica sobre esta enfermedad.
Se calcula que un millón de estadounidenses sufren del Síndrome de fatiga crónica, también conocido como síndrome de fatiga crónica y de disfunción inmune. La afección no cuenta con una causa conocida, una prueba diagnóstica ni un tratamiento universalmente eficaz. Los síntomas de fatiga crónica son más comunes en las mujeres, y pueden durar al menos seis meses e incluir dificultades con el sueño, problemas de memoria y concentración, y dolor articular y muscular.
Durante el experimento, que se considera preliminar dado que aún no ha sido revisado por profesionales ni publicado, la Dra. Unger y su equipo dijeron a los participantes que se sometieron a los escáneres del cerebro que ganarían una pequeña cantidad de dinero si adivinaban correctamente si una carta preseleccionada era roja o negra. Tras elegir, se les presentó la carta mientras los investigadores medían el flujo sanguíneo a los ganglios basales en las manos en que ganaban y perdían.
Los participantes con Síndrome de fatiga crónica experimentaron significativamente menos cambios en el flujo sanguíneo a los ganglios basales entre las manos en que ganaban y las que perdían que los voluntarios sanos. Los resultados respaldan investigaciones previas que también demostraron diferencias biológicas entre los pacientes de Síndrome de fatiga crónica.
Fuente: CFIDS Association of America