La Web democratizó el acceso a la información sobre salud y el 67% de las personas consultan allí sus síntomas. Internet produjo un nuevo sujeto protagonista y coconstructor de la realidad, que está cambiando el concepto de salud.
Es un sujeto empoderado, activo, informado, curioso. «¿Tendremos que empezar a pensar en la primera generación de humanos online a la que podríamos llamar homo connectus ?», comentan Lee Rainie y Susannah Fox, del The Pew Internet & American Life Project, una institución que indaga en la conducta de los internautas desde los orígenes de la era digital, hace una década.
Los primeros healthseekers -¿rastreadores de información sobre salud?- se lanzaron en avalancha a captar los secretos de un saber que les estuvo vedado por siglos. Ya no esperan a la consulta terapéutica para indagar sobre sus malestares sus padecimientos y sus alternativas terapéuticas.
Y de acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por la consultora Mindshare Argentina, el año pasado el 70% de los argentinos eligió Internet antes que cualquier otro medio para informarse sobre cuestiones de salud.
En un editorial publicado en la revista British Medical Journal, el científico Tom Ferguson habló de la primera generación de e-patients y postuló que el nuevo fenómeno no podía ser comprendido con herramientas conceptuales previas a la revolución digital.
Gran parte del mundo médico es resistente a abrir las puertas de su saber al público no profesional y se multiplican las investigaciones que indagan el impacto de la información científica en manos profanas.
Un equipo coordinado por investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard concluye que los pacientes a quienes se les permitió leer las notas escritas por sus médicos tras las consultas se sintieron más involucrados en su propio tratamiento, comprendieron mejor sus problemas de salud y tendieron a cumplir mejor con su plan de tratamiento.
Los pacientes están asumiendo nuevos roles en su relación con los profesionales y con los servicios sanitarios que utilizan. El modelo paternalista está perdiendo vigencia, diferentes factores, como el acceso a niveles educativos superiores, la consolidación de la cultura de los derechos del consumidor, la revolución de las tecnologías, la visualización de la salud como un bien individual y la eclosión de las asociaciones de pacientes, están propiciando una transición desde un modelo de paciente pasivo a un nuevo modelo más activo.
Para que esta comunicación más horizontal entre profesionales y pacientes se produzca es imprescindible encontrar un lenguaje en común que vincule el intercambio y recorte, al menos parcialmente, la asimetría estructural que no permite ver al otro como semejante.
Una de las alternativas de los profesionales para no dejar solos a sus pacientes y al público ávido de saber es acompañarlos en el camino de alfabetización científica, la comunicación es la clave.