La milagrosa recuperación de Caleb Teodorescu desafía todas las leyes de la probabilidad, hoy se le ve sonriente y activo como cualquier otro niño de dos años, pero hace una semana su corazón se detuvo durante unos 30 minutos y fue considerado técnicamente muerto.
El pasado noviembre la madre de Caleb lo encontró en el fondo de la piscina familiar tras varios minutos sumergido. El niño cayó accidentalmente al agua, al verlo completamente azul, ahogado, la mujer gritó por ayuda. Un vecino acudió en su auxilio e intentó reanimarlo, pero fue en vano.
La familia había comprado recientemente todos los materiales para colocar una cerca de protección en la piscina y solo estaban a la espera de instalarla. Tampoco resultaron los esfuerzos de los paramédicos en el trayecto al hospital,Caleb llegó sin signos vitales y no fue hasta media hora después que los médicos lograron restablecer los latidos de su corazón.
Un trauma de tal envergadura puede dejar graves secuelas, y se temía que Caleb no volviera a ser el mismo de antes., el murió literalmente fuera del hospital, comenta el pediatra de cuidados intensivos Corey Philpot, quien atendió al pequeño en el Centro Médico Banner Thunderbird, en Glendale, Arizona.
Según los doctores, el uso de la hipotermia terapéutica le salvó la vida, la técnica de vanguardia consiste en colocar el cuerpo en estado de hibernación para prevenir daños cerebrales. Luego de cinco días bajo tratamiento, comenzó la extraordinaria recuperación.
Caleb abrió los ojos, pudo moverse y, para sorpresa de todos, no mostró señales de lesión cerebral. El Dr. Philpot asegura que será 100 % normal y la mayoría de las personas no se dará cuenta de lo sucedido. De hecho, sus padres han notado que habla mucho mejor ahora.
Es algo simplemente increíble, el mejor milagro de Navidad que alguien puede recibir, dijo el padre Ovi Teodorescu. Uno puede decir que alguien así está muerto. Y él está vivo hoy, y no solo vivo, no tiene discapacidades, habla y camina.