Samantha Shaw tiene siete años, vive en Dakota del Sur, asiste regularmente al colegio y se acaba de someter a una operación de cirugía estética. La madre de Samantha decidió que su hija se opere de las orejas (las tenía algo desiguales) para evitar que sus compañeros la acosen en el futuro por su aspecto, según ha confesado en el programa ‘Good Morning America’.
El número de menores de edad son operados para cambiar su aspecto ha aumentado significativamente, se ha disparado un 30% en la última década. Y cada vez son más jóvenes los que deciden operarse para evitar situaciones de acoso.
Sin embargo, el caso de Samantha Shaw es distinto. De momento, nadie ha intimidado a la niña, pero su madre decidió que más vale prevenir que remediar, en una entrevista televisiva, la madre de Samantha ha reconocido que se trata de una operación preventiva, para que “mi hija no sea acosada en un futuro”.
Los doctores consultados por el programa aseguran que un defecto puede ser una tortura para muchos niños pero ¿Cuál es el límite?. Si es menor y si es por motivos cosméticos, absolutamente no está justificado. Sin embargo, unas orejas despegadas no es un motivo cosmético.