Cientos de miles de pacientes en todo el mundo pueden haber estado expuestos a niveles significativos de metales tóxicos debido a defectos en las prótesis de cadera, aún cuando se conocía el riesgo, denunció una investigación de la revista British Medical Journal.
La investigación a DePuy Orthopaedics reporta que la empresa siguió vendiendo estas prótesis de cadera incluso después de saber del riesgo. El diario francés Le Figaro revela que las prótesis de cadera ASR, fabricadas por DePuy Orthopaedics, filial de empresa estadounidense Johnson and Johnson, fueron retiradas de los mercados de Australia y Estados Unidos, pero siguieron vendiéndose en Francia hasta 2010.
El escándalo de la prótesis de cadera ASR pudo pasar desapercibido si el gigante estadounidense Johnson and Johnson no hubiera previsto tres mil millones de dólares para eventuales juicios, las prótesis de cadera, como los implantes mamarios, son dispositivos médicos y no tienen las mismas limitaciones comerciales que los medicamentos.
Los métodos de regulación de los dispositivos médicos parecen más de la década de 1950 que del siglo XXI, comenta el profesor Nick Freemantle, del University College of London.
Las prótesis ASR tienen la particularidad de articular metal sobre metal, un modelo considerado más resistente que las articulaciones cerámicas, pero tiene la desventaja, debido a la fricción, de liberar iones metálicos. El riesgo de fuga de las prótesis de cromo-cobalto se sabe desde 1975, cuando los médicos descubrieron que el tejido local reacciona a los iones o átomos cargados, a partir de estos metales. Los iones también pueden filtrarse en el torrente sanguíneo extendiéndose a los ganglios linfáticos, el bazo, el hígado y los riñones antes de ser excretados en la orina.
Unas pruebas de laboratorio también relacionaron el cobalto con una condición cardíaca conocida como cardiomiopatía e identificaron los iones de cromo como un probable cancerígeno.
La investigación culpa a los reguladores de salud estadounidenses y europeos por no responder a las preocupaciones y por no establecer un control de los pacientes que habían recibido las prótesis de cadera que podían producir desechos tóxicos.
La controversia coincide con un escándalo mundial debido a implantes mamarios defectuosos.