Trastornos alimentarios en los adultos

Nueve de cada diez nuevos casos de trastornos alimentarios diagnosticados a mayores de 18 años son de bulimia y solo uno de anorexia.

Se cree que los trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia son enfermedades de mujeres y hombres muy jóvenes. Pero los investigadores de la Universidad de Minnesota en EUA, afirman que los problemas personales que provocan un trastorno alimentario en un joven pueden persistir en la edad adulta. El estudio siguió a 2,287 niños mientras se convertían en adultos jóvenes, y encontró que más de la mitad de las niñas tenía patrones alimentarios malsanos que persistieron hasta finales de los veinte años

Cada vez más personas de mediana edad y mayores buscan recibir tratamiento por problemas alimentarios que comenzaron en su juventud y que se han reactivado debido al estrés adulto o las crisis personales.

Algunas personas realmente tenían trastornos alimentarios y otras tenían aspectos de un trastorno alimentario pero nunca fueron tratadas, señala el Dr. Ed Tyson, especialista en trastornos alimentarios de Austin, Texas. Entonces, algo sucede en una etapa posterior de la vida que les estresa hasta el punto en que el trastorno alimentario emerge.

El Centro Renfrew, que administra varias clínicas de trastornos alimentarios en EUA, ha observado un aumento de 42 %  en las mujeres de mediana edad, los patrones alimentarios malsanos adoptados en la adolescencia con frecuencia continúan en la adultez.

Los trastornos alimentarios pueden ser devastadores para las personas de mediana edad, dado que la osteoporosis, los desequilibrios químicos y otros problemas de salud surgen con mayor facilidad y tienen un impacto más duradero sobre la salud.

Las personas que creen que sufren de un trastorno alimentario deben buscar ayuda, sin importar su edad. El tratamiento es particularmente vital si la persona tiene hijos, aunque el tratamiento le separe temporalmente de las responsabilidades de casa.

Sufrir de un trastorno alimentario hace que sus hijos tengan un riesgo de 12 a 15 veces mayor de tener un trastorno alimentario,. Las personas deben trabajar y mejorar, o sus hijos podrían estar en riesgo.

Fuente: Journal of the American Dietetic Association

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