Las virtudes que se aprenden desde la niñez brindan buenos frutos a lo largo de la vida. Los chicos que ya ejercen el autocontrol a los tres años de edad tienen más posibilidades de convertirse en adultos sanos, ricos y exitosos, concluyó una nueva investigación, realizada en la Universidad de Duke, en EUA a cargo de la Dra. Terrie Moffitt.
Los niños con el menor autocontrol presentan un riesgo mayor de dejar el colegio, infringir la ley y tener problemas económicos. El autocontrol es vital para evaluar el horizonte y estar preparados para lo que pueda ocurrir, para planear a futuro y llegar a donde uno quiere, para llevarse bien con las otras personas, para conseguir ayuda y apoyo, y para esperar para conseguir las cosas verdaderamente buenas en vez de lanzarse a una diversión de corto plazo. Todos usamos el autocontrol pero algunos lo aplican mejor que otros.
La falta de autocontrol se evidencia en la escasa tolerancia a la frustración, la poca persistencia a la hora de conseguir los objetivos, la dificultad para mantener una actividad, la impulsividad, la hiperactividad y la dificultad para esperar un turno.
Un chico de tres años con un buen autocontrol puede concentrarse en un rompecabezas o juego y continuar hasta que lo resuelva, tomando turnos con otro niño y obteniendo satisfacción por los buenos resultados. Un joven con poco autocontrol puede negarse a participar en una actividad que requiera esfuerzo, dejar el rompecabezas a la mitad para correr por la habitación, perder los estribos, llorar o hacer un escándalo en vez de sentirse satisfecho.
Los autores trabajaron con 1000 chicos nacidos en 1972 y 1973, y siguieron su evolución hasta que cumplieron 32 años de edad. En varios momentos de su vida midieron su capacidad de autocontrol hablando directamente con los jóvenes voluntarios o con sus padres y maestros.
La Dra. Moffitt notó que los participantes con mayor autocontrol a la edad de tres años se convirtieron en adultos más sanos y prósperos, mientras que los chicos sin esta virtud tenían más posibilidades de adoptar comportamientos negativos como fumar, embarazarse en la adolescencia o estar desempleado. A su vez, mostraron un riesgo mayor de ser obesos, sufrir hipertensión, presentar problemas de colesterol, tener problemas económicos o padecer una adicción.
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