Una práctica común en México y muchos otros países, es la siesta. Es decir, un período de tiempo durante la tarde, generalmente entre las 13 y las 16 horas, que las personas destinan a dormir.
Para los especialistas en problemas del sueño esta medida es recomendable ya que ayuda a que el organismo descanse para después continuar las actividades con mayor energía y eficiencia. Incluso en Japón algunas empresas otorgan a sus empleados tiempo específicos para que duerman una siesta en instalaciones creadas para ello, lo que se refleja en una mayor productividad.
En Europa, también se han llevado al cabo diversos estudios encaminados a saber si la siesta beneficia o perjudica la salud.
Un estudio estadístico del Instituto para la Investigación del Sueño y la Medicina de Regensburg , Alemania, efectuado en cinco países europeos, demostró que prácticamente 1 de cada 4 alemanes tiene el hábito de descansar después de comer.
La encuesta, respondida por 19 mil personas, sorprendió a los investigadores, ya que no esperaban que los germanos fueran los más apegados a la cultura de la siesta, por delante de italianos (16%), ingleses (15%), españoles (9%) y portugueses (8%), pero encuentran una explicación en que los horarios de trabajo impuestos en Alemania obligan a los ciudadanos a levantarse muy temprano, incluso antes de las seis de la mañana, y por ello el cerebro exige un poco de reposo.
Al conocer estos resultados, la Universidad de Regensgurg llevó a cabo otro estudio, tomando como escenario a la ciudad Vechta, al suroeste de Hamburgo, para conocer el efecto de la siesta en el rendimiento. Esta segunda investigación consistió en otorgar a los trabajadores de compañías locales la oportunidad de descansar durante 20 minutos en la oficina o salir a relajarse de alguna manera después de la hora de comida.
Los empleados comenzaron a aumentar su rendimiento semanas después de aplicada la nueva política. La conclusión a la que se llegó es que el reposo luego del mediodía mejora el rendimiento intelectual, las capacidades de concentración, atención y reacción, así como la alerta cerebral. Así, se concluyó que este descanso reactiva el estado de alerta al grado de que los índices de accidentes y errores cometidos por falta de reposo disminuyen.
Por su parte, otro estudio, dirigido por el doctor Jim Horne, especialista del Centro para la Investigación del Sueño en la Universidad Loughborough en Inglaterra, confirma las conclusiones de los alemanes. Después de recopilar estadísticas en la Gran Bretaña, el científico estableció que la mayoría de los accidentes de tránsito ocurren entre las 2 y las 5 de la tarde, por lo cual los especialistas consideraron que cuando el sueño se hace presente en un conductor y aseveró que lo mejor es estacionarse y dormir una siesta, la cual puede salvar su vida y la de los demás.
Cabe mencionar que otras investigaciones han concluido que las pesadillas o episodios de terror nocturno en los niños pueden deberse a alto grado de cansancio, por lo que muchos pequeños con este problema se benefician al adoptar la costumbre de dormir diariamente después de la comida.
Además, un estudio publicado en la revista Journal of Applied Physiology revela una disminución del 37 por ciento en el riesgo de sufrir un infarto cardiaco entre las personas que toman siestas habitualmente.Este estudio epidemiológico, realizado en 23.000 personas en Grecia, mostró también que quienes dormían la siesta sólo en forma ocasional, tenían una reducción del riesgo de infarto que alcanzaba únicamente el 12%.
Sin embargo esta medida también puede tener desventajas ya que puede alterar el ciclo de sueño nocturno provocando insomnio, en especial en personas de la tercera edad. Incluso puede volverse contraproducente pues al día siguiente se siente un mayor cansancio debido al desvelo.
Por ello dormir la siesta requiere de seguir algunas sencillas medidas. Entre ellas:
* Reducir la siesta a períodos muy cortos, de un máximo 30 minutos.
* Tratar de que la siesta se realice a media tarde, cuando ha avanzado el día y por lo tanto el organismo requiere el descanso.
* Otra opción, es aprovechar este espacio de tiempo para descansar y relajarse pero sin dormir. De esta manera se alcanza el objetivo de recargar energía, pero sin el riesgo de sufrir problemas de sueño durante la noche.
* En caso de que los problemas del sueño continúen, lo mejor es acudir al especialista. No olvidemos que el descanso es esencial para la salud de nuestro organismo.