Una lisa y llana carcajada puede hacer maravillas por el apetito de las personas que por alguna razón lo perdieron. La risa puede generar un apetito moderado de la misma manera que lo hace el ejercicio físico, de acuerdo con investigaciones científicas a cargo del Dr. Lee Berk, de la Universidad de Loma Linda, en California EE UU.
El comportamiento diario modula el cuerpo de muchas maneras, este descubrimiento puede ser muy útil para las personas que sufren de inapetencia, es decir de una disminución en el apetito.
La falta de apetito puede surgir a causa de múltiples enfermedades físicas como el cáncer, la insuficiencia renal, el hipotiroidismo, las infecciones, los problemas hepáticos o el consumo de ciertos medicamentos, entre muchos otros. A su vez, la inapetencia puede ser generada por cuestiones psicológicas, como la depresión, la ansiedad, el stress u otro tipo de trastornos emocionales.
Como parte de la investigación, el Dr. Berk dividió a los voluntarios en dos grupos. Durante tres semanas, una mitad de ellos vio videos divertidos y graciosos, mientras que el resto observó filmaciones angustiantes.
Al medir sus niveles hormonales en respuesta a las imágenes, resultó que los participantes que aprovecharon las historias risueñas presentaron niveles hormonales relacionados con un mayor apetito. Los autores explicaron que estos cambios son similares a los observados en las personas que realizan ejercicio moderado.
El Dr. Berk lleva varios años estudiando la risa y asegura que esta divertida reacción también puede fortalecer al sistema inmune. El valor de esta investigación, es que puede proveer nuevas formas de ver, comprender y tratar a los pacientes que no pueden realizar actividad física para normalizar su apetito.