El deterioro cognitivo leve, que se caracteriza sobre todo por una pérdida de la memoria a corto plazo, puede ser un factor de predicción de la enfermedad de Alzheimer más potente que los llamados «biomarcadores», que incluyen cambios en el volumen del cerebro o los niveles de ciertas proteínas del fluido cerebroespinal, sugiere un estudio reciente.
Investigadores españoles observaron a 116 personas que tenían deterioro cognitivo leve (DCL) que desarrollaron enfermedad de Alzheimer en un plazo de dos años, a 204 pacientes con la afección que no la desarrollaron y a 197 personas sin problemas cognitivos.
El deterior congnitivo leve generalmente se caracteriza por dificultades con la memoria a corto plazo, como perder el hilo del pensamiento repetidamente o tener problemas para recordar lo que se hizo el día anterior. Las personas podrían comenzar a mostrar un juicio inusitadamente malo o tener problemas para orientarse en lugares conocidos. Algunas personas podrían también desarrollar depresión o ansiedad, o mostrar señales de irritación, agresividad o apatía inusuales.
Las personas con deterior cognitivo leve por lo general pueden recordar eventos de un pasado más distante con detalle, pero sin embargo, usualmente no pueden razonar, resolver problemas ni comunicarse bien con los demás a pesar de una pérdida de memoria relativamente leve.
Se recolectaron muestras de fluido cerebroespinal de los participantes al inicio del estudio y en visitas anuales durante dos años. Las muestras de sangre recolectadas al inicio del estudio fueron analizadas por genes asociados con la enfermedad de Alzheimer, y se usaron imágenes por resonancia magnética (IRM) para evaluar el volumen cerebral y el grosor cortical de los participantes.
Los investigadores hallaron que dos medidas de memoria retrasada, junto con el grosor cortical del lóbulo temporal izquierdo medio del cerebro, se asociaban con un mayor riesgo de que el deterioro cognitivo leve se convirtiera en la enfermedad de Alzheimer.
El deterioro cognitivo leve al inicio del estudio fue un factor de predicción de la enfermedad de Alzheimer más potente que la mayoría de biomarcadores, concluyeron los investigadores.
El estudio aparece en la revista Archives of General Psychiatry.
Fuente: JAMA