Tres de cada diez usuarios de mefedrona, una droga que parece haber reemplazado al éxtasis en los clubes, puede estar causando más adicción y daños que otras drogas como la cocaína.
La droga fue clasificada como ilegal en 2010 en el Reino Unido y en Estados Unidos.
Una nueva investigación encontró que tres de cada 10 usuarios de la sustancia, que fue clasificada como droga ilegal, presentan síntomas asociados a la dependencia.
La droga conocida popularmente como mefe, miau-miau, mcat o drona, es un estimulante que produce efectos similares a las anfetaminas y éxtasis, como euforia e incremento de un estado de alerta.
Aunque todavía se conoce muy poco sobre su composición y efectos, se ha ubicado como una de las sustancias favoritas de consumo en fiestas y discotecas entre jóvenes de entre 16 y 24 años.
Según cifras del gobierno británico es la segunda preferida por esta población, después de la marihuana.
Ahora un nuevo estudio revela que al contrario de lo que se piensa la droga parece ser más dañina y adictiva que otras drogas.
Los datos surgen de un sondeo llevado a cabo por investigadores del Instituto de Psiquiatría del King´s College de Londres con 100 usuarios de mefedrona reclutados en una revista del círculo de clubes y discotecas en Inglaterra.
Los resultados mostraron que 47% de los encuestados habían tomado la droga durante dos o más días consecutivos, y 30% de éstos informaron que exhibían síntomas vinculados a la dependencia, como síndrome de abstinencia y fracaso en sus intentos para dejar de tomarla.
La droga, que se presenta en polvo blanco, comenzó a volverse muy popular en las discotecas de muchos países y a sustituir al éxtasis como droga favorita, principalmente porque era legal y barata.
La mefedrona tiene una alta propensión de abuso y riesgo para la salud, con cada vez más tolerancia, pérdida de control y compulsión de uso, los síntomas más comúnmente presentados en este informe.
Muchas otras drogas ilegales, como las anfetaminas o éxtasis, fueron desarrolladas originalmente como medicinas y se sabe cuáles son sus riesgos. Pero la mefedrona no tiene una historia farmacéutica y se cree que fue creada en laboratorios clandestinos por lo tanto se desconocen sus efectos a largo plazo.
El Dr. Adam Winstock, quien llevó a cabo el estudio, subraya que éste estuvo basado en entrevistas telefónicas con 100 usuarios de mefedrona por lo tanto no ofrece un diagnostico exacto de dependencia.
Los estudios realizados incluyen: aumento en la tolerancia de la sustancia, síndrome de abstinencia, consumo de más mefedrona de la que se intentaba, fracaso en los esfuerzos para reducir o evitar el consumo, pasar mucho tiempo hablando de la droga o recuperándose de su uso, renunciar a actividades sociales, profesionales y recreativas a causa de la droga y continuar tomándola a pesar de problemas de salud asociados a la droga.
Los resultados del estudio aparecen publicados en la revista Addiction.