Sin un reloj balanceándose de un lado a otro, o la necesidad de una persona con rostro místico y voz profunda que diga «te estás sintiendo muy cansado…duérmete», la hipnosis parece popularizarse como herramienta para lograr placer sexual
La técnica se conoce como la hipnosis erótica y es utilizada en algunos países como un recurso para lograr lo más parecido a una experiencia sexual sin contacto físico. También, en el aspecto clínico, para ayudar a quienes sufran de alguna disfunción sexual.
La hipnosis erótica está ahora de moda y eso lo vemos por el interés que ha venido despertando en publicaciones especializadas comenta el Dr. Carlos Malvezzi Taboada, psicólogo clínico, del Instituto Gubel, en Buenos Aires. La técnica es una modalidad comunicacional donde el especialista, mediante la palabra lleva a la persona a un estado de meditación profunda donde su capacidad de percepción es más intensa. Pero la persona sabe permanentemente quién es y nunca pierde consciencia.
Para el Dr. Malvezzi, el uso de la hipnosis no tiene como objetivo exacerbar el estímulo erótico, sino más bien ayudar a quien sufra de una disfunción sexual. Se guía a la persona y se le propone un relato erótico en medio de un estado de distensión en que la persona está más receptora. Eso permite la apertura de ciertas áreas que sucumbirían a la represión en estado de vigilia.
Cuando una paciente que sufre de anorgasmia (inhibición del orgasmo) a través de la hipnosis, está sumergida en un estado de relajación profunda, posiblemente le comente cómo es su heladera, y si necesita descongelamiento. Apelaría a una comida, donde se puede elegir una entrada, un primer plato, disfrutar de un postre. Es decir, vivir las diferentes etapas del encuentro sexual de manera más metafórica, con la expectativa de cambio. Si es un hombre con problemas de disfunción eréctil, algo que es normal y le pasa a todos en algún momento dice el Dr. Malvezzi, el especialista busca evocar momentos de satisfacción y recuerdos de experiencias placenteras para que en el estado de hipnosis la persona vuelva a sentirse capaz y reduzca la angustia que le imposibilita.
La efectividad de la hipnosis como técnica de ayuda o instrumento de placer, tiene seguidores y detractores, ya que hay una cierta exageración en el uso de la hipnosis clínica para atender los problemas sexuales. Sí se usa, pero alternada con otros procedimientos que forman parte de la terapia sexual, asegura el sexólogo y docente en el área de la Universidad de Buenos Aires, Juan Carlos Kusnetzoff.
Depende mucho también de la habilidad del profesional y la capacidad de reacción del paciente, ya que no todas las personas son hipnótico-sensibles. Eso apenas lo alcanza un porcentaje pequeño de la población. Y en su promoción entra el elemento del mercadeo del profesional que efectúa la técnica que generalizan sus resultados. Es difícil determinar con exactitud si una persona se encuentra en un estado de meditación profunda que califique como hipnosis.
Es necesario hacerle al paciente una tomografía de emisión de positrones para medir los flujos sanguíneos en la corteza cerebral donde se puede constatar, los expertos creen que la hipnosis es un estado en que el ser humano puede entrar sin siquiera darse cuenta, o la necesidad de un guía. Incluso en lo que se refiere al erotismo.
En la promoción de la hipnosis erótica entra el elemento del mercadeo del profesional que efectúa la técnica que generalizan sus resultados, entonces el público cree que todos pueden alcanzar ese estado maravilloso. Parecería que de algún modo ahora se extiende la técnica, cada vez hay más personas dispuestas a que una figura externa, o un guía, los erotice a través de la palabra.
Sobre todo en Estados Unidos, existe una oferta de libros y material audiovisual para que la persona se sumerja sin ayuda en la hipnosis erótica. También están los consultorios no profesionales que ofrecen dicho servicio, lo cual, preocupa a los médicos.
En la mayoría de los países de América Latina la hipnosis sólo la pueden llevar a cabo médicos. Los riesgos latentes, de acuerdo a los expertos, es que el paciente entre en un estado tan profundo que no pueda salir, como una hibernación. Otro elemento que preocupa es que el individuo empiece a preferir la experiencia sexual con hipnosis y no la que ocurre con una pareja.
Si una persona tiene fuertes rasgos de narcisismo, lo más probable es que se haga un adicto como si fuese una droga. En esos casos es probable que no use esa técnica, explica el docente de la Universidad de Buenos Aires. Los médicos advierten también del riesgo de abuso que puede surgir de una situación de hipnosis erótica con alguien sin experiencia, que puede dejarse llevar por la situación que está recreando.