Las mutaciones del genoma de las células cancerosas a menudo obligan a los tumores a utilizar vías metabólicas, que no se encuentran en las células normales, los investigadores del cáncer creen que fármacos dirigidos a estas vías podrán destruir los tumores con menos efectos secundarios adversos.
Algunos tumores portan mutaciones en el ciclo del ácido cítrico (Ciclo de Krebs) o en la cadena de transporte de electrones que desactivan la función mitocondrial oxidante normal. A este respecto, investigadores de la Universidad de Emory en Atlanta, EUA, estudiaron la relación entre la enzima PDHK1 (piruvato deshidrogenasa quinasa 1), un importante punto de control del metabolismo de las células cancerosas, y de la tirosina quinasa FGFR1 (receptor 1 del factor de crecimiento de los fibroblastos), que se activan en varios tipos de cáncer.
Se informó, en la revista Molecular Cell, que la fosforilación de la tirosina aumentó la actividad de la quinasa PDHK1 promoviendo la unión de ATP al complejo deshidrogenasa piruvato (PDC). El PDC funcional es formado en la mitocondria por fuera de la matriz en algunas células cancerosas.
La expresión de una forma mutante, no funcional de PDHK1, en las células de cáncer, disminuyó la proliferación de células con hipoxia y aumentó la fosforilación oxidativa con una mejor utilización mitocondrial del piruvato y redujo el crecimiento tumoral en ratones con xenoinjertos.
El fármaco experimental dicloroacetato (DCA), que inactiva la PDHK, está siendo evaluado en ensayos clínicos, mientras que los investigadores continúan buscando otros inhibidores de PDHK más potentes.