Fractura de costilla

La fractura de costilla es sumamente dolorosa y tarda en soldar debido al movimiento constante de la respiración.

Las costillas son huesos largos que, junto con la columna vertebral y el esternón, forman la caja torácica. Los humanos contamos con doce pares de costillas que forman las paredes laterales, anterior y posterior del tórax.

Las fracturas de costilla pueden ser causadas por:

  • Un golpe directo en la costilla
  • Una colisión de pecho, como sucede en los deportes de contacto como el fútbol americano, condición que padeció Tony Romo, mariscal de campo de los Vaqueros de Dallas, o en accidentes automovilísticos
  • Ataques de tos graves que pueden ocurrir debido a problemas respiratorios

Los síntomas incluyen:

  • Dolor al toser
  • Hinchazón en el área de la fractura
  • Sensibilidad local grave en el área de la fractura
  • Hemorragia interna
  • Dolor al respirar

El diagnóstico se confirma mediante una radiografía llamada tórax óseo y también pueden solicitarse una tomografía computarizada y una resonancia magnética.

El tratamiento incluye reposo, un vendaje alrededor de las costillas para protegerlas y que respirar resulte menos doloroso ya que respirar hondo es fundamental para prevenir una neumonía, que es una complicación común después de una fractura de costilla. En quienes practican algún deporte de contacto se recomienda continuar con el protector de costillas.

En caso necesario se puede administrar medicamentos para reducir el dolor y la inflamación como ibuprofeno, naproxen, paracetamol o aspirina.

Las inyecciones anestesia local pueden aliviar temporalmente el dolor y en casos graves se puede realizar un bloqueo epidural, es decir la inyección de anestesia cerca de la médula espinal, pero solo se puede realizar en pacientes hospitalizados.

La recuperación de una fractura de costilla suele durar de 6 a 8 semanas, pero el dolor puede persistir por más tiempo.



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