Faringitis por estreptococo

La faringitis estreptocócica es una infección provocada por Streptococcus del grupo A, y es muy frecuente entre niños y adolescentes

Cualquier persona puede contraer faringitis estreptocócica, pero es más frecuente en los niños en edad escolar y en los adolescentes. Se da más a menudo durante el curso escolar, cuando grupos amplios de niños y adolescentes comparten espacios reducidos.

Las bacterias que provocan la faringitis estreptocócica se encuentran en las secreciones nasales y saliva de las personas infectadas, de modo que actividades normales como estornudar, toser o estrechar la mano a una persona infectada pueden ser posibles vías de contagio. Por eso es fundamental enseñarle a sus hijos la importancia de lavarse las manos, los buenos hábitos higiénicos ayudan a reducir considerablemente las probabilidades de contraer enfermedades infecciosas como la faringitis estreptocócica.

No todos los dolores de garganta se diagnostican como faringitis estreptocócica. La mayoría de episodios de dolor de garganta, que pueden ir acompañados de secreción nasal, tos, afonía y enrojecimiento ocular, están provocados por virus. El dolor de garganta suele remitir espontáneamente sin necesidad de tratamiento médico.

Si su hijo tiene faringitis estreptocócica, empezará a desarrollar otros síntomas, aparte del dolor de garganta, durante aproximadamente 3 días. Estos síntomas incluiyen:

Placas rojas y blancas en la garganta
Dificultad para tragar
Ganglios linfáticos del cuello inflamados, sensibles o dolorosos al tacto
Amígdalas rojas e inflamadas
Dolor de cabeza
Dolor en las lumbares (parte inferior de la espalda).
Fiebre
Malestar general, inquietud o sensación de tener “dolor en todo el cuerpo”.
Pérdida del apetito y náuseas.
Erupciones cutáneas.

Si su hijo, aparte de tener dolor de garganta, presenta más síntomas de faringitis estreptocócica, es conveniente llamar al médico. Probablemente éste le practicará una prueba rápida para detectar los estreptococos en la misma consulta, utilizando una torunda de algodón para extraerle una muestra de las secreciones de la parte posterior de la garganta. Esta prueba ofrece resultados en sólo cinco minutos. Si el resultado es positivo, significa que su hijo tiene faringitis estreptocócica. Si es negativo, el pediatra enviará la muestra de secreciones faríngeas a un laboratorio para que hagan un cultivo, cuyos resultados se obtendrán al cabo de pocos días.

En la mayoría de los casos, los médicos recetan antibióticos durante 10 días para tratar la faringitis estreptocócica. Aproximadamente durante las primeras 24 horas de tratamiento antibiótico, a su hijo le bajará la fiebre, y dejará de ser contagioso. Entre el segundo y el tercer día de tratamiento, los demás síntomas también deberían empezar a disminuir.

A pesar de que es posible que en ese punto su hijo deje de sentirse mal, es muy importante que complete el ciclo de tratamiento antibiótico. Si deja de medicarse demasiado pronto, las bacterias pueden permanecer en su faringe, y los síntomas vuelven a aparecer.

Si su hijo no recibe tratamiento para la faringitis estreptocócica, será más contagioso cuando tenga los síntomas más exacerbados, pero es posible que siga siéndolo durante hasta un período de 21 días. La falta de tratamiento, o el hecho de no completar el ciclo de tratamiento antibiótico indicado por el médico, pueden exponer a su hijo al riesgo de padecer otros problemas de salud, como la fiebre reumática (que puede provocar lesiones cardíacas permanentes), escarlatina, infecciones sanguíneas o enfermedad renal.

Para impedir que su hijo contagie la faringitis estreptocócica a otros miembros de la familia, mantenga sus cubiertos, platos y vasos separados de los del resto de la familia y lávelos con agua caliente y jabón después de cada uso. Asimismo, asegúrese de que su hijo no comparte alimentos, bebidas, pañuelos ni toallas con otras personas. Asegúrese de que su hijo se tapa la boca y la nariz al toser o estornudar para evitar despedir gotitas de secreciones infecciosas.

Cuando su hijo empiece a sentirse mejor, hable con el médico sobre cuál es el mejor momento para que regrese al colegio y reanude su vida normal.

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