Investigadores encabezados por el Dr. Wanwarang Wongcharoen de la Universidad de Chiang Mai, en Tailandia, aseguran que las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del extracto de cúrcuma o azafrán de la India podrían hacer de esta especia un arma eficaz para reducir el riesgo de infarto a aquellos pacientes que se han sometido a un ‘bypass’ coronario.
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista especilizada American Journal of Cardiology, y sugieren que la curcumina –pigmento amarillo presente en esta especia– puede ser la causa de este menor riesgo.
Durante una cirugía de bypass, el músculo cardiaco puede dañarse por la falta prolongada de flujo sanguíneo, lo que aumenta el riesgo de estos pacientes de sufrir un infarto. Por ello, en dicha investigación, se analizaron 121 pacientes que se habían sometido a bypass entre 2009 y 2011. La mitad de esos pacientes recibieron cápsulas de curcumina de un gramo que tomaron cuatro veces al día, comenzando tres días antes de la intervención y siguiendo hasta cinco días después. La otra mitad tomó la misma cantidad de cápsulas, pero de placebo.
Los investigadores hallaron que durante el posoperatorio en el hospital, el 13% de los pacientes que habían tomado curcumina sufrieron un infarto, comparado con el 30% del grupo que recibió placebo.
Tras tener en cuenta algunas diferencias previas a la cirugía, el Dr. Wongcharoen y sus colegas calcularon que las personas que tomaron curcumina tenían un 65% menos posibilidades de padecer un ataque al corazón.
Los investigadores comentaron que es posible que las propiedades antioxidantes o antiinflamatorias de la curcumina sean las que han ayudado a limitar el daño cardíaco en los pacientes.