Un equipo encabezado por el Psiquiatra Ian Reid, profesor de la Universidad de Aberdeen en Escocia, descubrió cómo la terapia electroconvulsivante o por choque eléctrico, un tratamiento controvertido pero efectivo, actúa en el cerebro de las personas con depresión grave y asegura que los resultados podrían ayudar a mejorar el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad mental.
La terapia electroconvulsivante (TEC) se realiza con anestesia y consiste en inducir una convulsión con corriente eléctrica.
Su reputación es controvertida, en parte por su papel en la película «One Flew Over The Cuckoo’s Nest» con Jack Nicholson, pero es un tratamiento potente y efectivo para los pacientes con trastornos del ánimo, como la depresión grave. Pero a pesar de que se aplica con éxito en el mundo desde hace más de 70 años, los científicos no sabían cómo funcionaba exactamente o por qué da resultado.
El equipo del Dr. Reid, demostró por primera vez que laterapia electroconvulsivante afecta la comunicación entre las distintas partes del cerebro asociadas con la depresión.
En un estudio se publico en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, el equipo explica que laterapia electroconvulsivante controlaría las conexiones hiperactivas entre las áreas cerebrales relacionadas con el ánimo y las áreas asociadas con el pensamiento y la concentración.
Eso frena el enorme impacto de la depresión en la capacidad de los pacientes de disfrutar la vida y realizar las actividades diarias.
El hallazgo clave es que si se comparan las conexiones cerebrales antes y después de la terapia electroconvulsivante, se puede ver que la terapia reduce la potencia de las conexiones.
Por primera vez, podemos describir algo que la terapia electroconvulsivante hace en el cerebro que tiene sentido en el contexto de lo que pensamos que funciona mal en las personas con depresión.
En los últimos años, los especialistas desarrollaron una nueva teoría de cómo la depresión afecta el cerebro. Sugieren que existe una hiperconexión entre las áreas cerebrales involucradas en el procesamiento de las emociones y el cambio del ánimo y las zonas ligadas al pensamiento y la concentración.
En el estudio, utilizaron resonancias magnéticas funcionales para estudiar el cerebro de nueve pacientes con depresión grave antes y después del tratamiento con terapia electroconvulsivante. Luego, el equipo realizó un análisis matemático complejo para investigar la conectividad cerebral.
Según el responsable de neuroimágenes de la Universidad de Aberdeen, Christian Schwarzbauer, que desarrolló el nuevo método para analizar los datos sobre la conectividad, el análisis le permitió al equipo conocer cómo se intercomunicaban más de 25.000 áreas cerebrales distintas.
Schwarzbauer opinó que el nuevo método también se puede aplicar a una gran variedad de trastornos cerebrales, como la esquizofrenia, el autismo o la demencia, y permitira comprender mejor los mecanismos subyacentes de las enfermedades y desarrollar nuevas herramientas diagnósticas.