El perro no sólo es el mejor amigo del hombre, también ha sido la visión para muchas personas ciegas y ahora el oído para niños sordos.
En el Reino Unido se está aplicando una revolucionaria terapia de acompañamiento de niños sordos con perros entrenados para detectar sonidos, peligros y para mejorar la interacción social de los menores.
Después del olfato, el oído es el sentido más desarrollado de los perros, posee unos pabellones auditivos muy grandes y una gran capacidad de orientación para buscar el origen de un sonido aunque sea distante.
La novedosa terapia podrá transformar la vida de muchos niños, no sólo porque sería un apoyo para sus problemas auditivos, también porque las mascotas les brindan compañía, confianza e independencia.
Según el estudio de la fundación Hearing Dogs for Deaf People (Perros señal para personas sordas) este tipo de perros, especialmente entrenados, mejoran el comportamiento y el rendimiento de los menores en la escuela.
Los perros para niños sordos son entrenados para identificar y alertar al pequeño sobre diferentes tipos de sonidos.
El estudio de Hearing Dogs for Deaf People examinó el impacto de los perros en las vidas de doce niños sordos y sus familias en el Reino Unido desde 2008.
La investigación encontró que los perros tienen un efecto positivo en una serie de áreas: les ayuda a los padres a captar la atención de sus hijos, que el momento de ir a la cama y dormir sea más fácil y que los menores tengan más autoconfianza. En cuanto a las preocupaciones de los padres sobre la seguridad de sus hijos, éstas se redujeron de forma sustancial.
Michele Jennings, directora ejecutiva de la fundación, comenta que todos los beneficios se deben a que los niños se sienten más relajados.
Los padres, en general, se preocupan por los peligros en el hogar. En ese sentido entrenan a los perros para que respondan a detectores de humo y adviertan al niño sobre ruidos de alarma, o sonidos como sirenas de ambulancias. Las familias involucradas en el estudio detallaron que los perros ayudaron a los niños a mantenerse alejados de lugares de riesgo como carreteras o impidieron, por ejemplo, que salieran de un parque público o de una zona de juegos.
La terapia también tuvo otros beneficios complementarios. En los colegios los profesores notaron un mejor comportamiento de los niños mientras que los padres manifestaron una mayor armonía familiar, los niños estaban más dispuestos a usar un aparato auditivo que suele ser un complemento para mejorar su hablar y su desarrollo académico.
Y lo más importante: los perros se convirtieron en sus compañeros, y en muchos casos, en sus mejores amigos.
De cachorros los perros pasan por un proceso de socialización y luego son entrenados, la mayoría de los perros entrenados por la fundación son cocker spaniel, poodles, labradores y retrievers, razas que son obedientes, sociables y que pueden hacer frente a múltiples situaciones.
Los perros pasan por un proceso de socialización con humanos desde que son cachorros y, cuando tienen 10 u 11 meses de edad, inician el entrenamiento para desarrollar sus habilidades auditivas.
Luego le presentan al niño sordo, a partir de ese momento comienzan varios encuentros de familiarización.
En la actualidad hay 750 perros que acompañan a adultos sordos en el Reino Unido, a raíz del éxito que ha tenido la terapia, la fundación quiere entrenar más perros para trabajar con niños sordos.
Los perros que participan en la terapia son retirados cuando cumplen 11 años de edad, por lo general, hay familias que quieren continuar con ellos.
El vínculo entre la familia, el perro y el niño se vuelve muy fuerte. Al final se convierte en un miembro más de la familia.