Los jeans gastados han estado de moda desde los años ’90, pero uno de los métodos para darles ese aspecto se logra a través del arenado o chorro de arena a presión, lo que puede provocarles a los trabajadores de las fábricas textiles una enfermedad pulmonar incurable. Por lo tanto ¿debemos dejar de comprarlos?
Comenta un trabajador de 18 años de una fábrica textil de Bangladés, tengo dificultades para respirar, cuando vuelvo del trabajo, me siento muy cansado. De duelen los ojos por el polvo.
Bangladesh alberga más de 4.000 fábricas de ropa y muchas de las principales empresas de pantalones vaqueros del mundo usan fábricas ubicadas allí.
El trabajador, que accedió a hablar de forma anónima, comenta que trabaja 11 horas al día en una atmósfera asfixiante.
El arenado manual de los pantalones vaqueros sólo requiere una manguera, un compresor de aire y arena. Los trabajadores literalmente acribillan a los pantalones vaqueros con arena para darles un aspecto desgastado y suavizar la tela, el denim.
La silicosis es causada por las pequeñas partículas de polvo de sílice de la arena que se incrustan en los pulmones.
Esto ocasiona dificultad para respirar, tos, debilidad y pérdida de peso. Es incurable, y en su forma aguda es mortal.
Las marcas que prohibieron el arenado son: Armani, Benetton, Bestseller, Burberry, C&A, Carrera, Charles Voegele, Esprit, Gucci, H&M, Levi Strauss & Co, New Yorker, Mango, Metro, New Look, Pepe Jeans, Replay, grupo Justo, Versace Algunas marcas dicen que no usan la técnica pero no la han prohibido públicamente otras dicen que pronto dejarán de usarla pero esto no siempre es fácil de hacer.
Las empresas en la industria de la moda generalmente no son dueñas de las fábricas que hacen su ropa, y a menudo se subcontrata a fábricas más pequeñas, con regulaciones más débiles.
Es una industria muy mal controlada. Las empresas deben tener un control mucho mayor de su cadena de producción.
Hay otras maneras de lograr que los jeans parezcan gastados, con rayos láser, raspado a mano o a máquina, por ejemplo,que producen un efecto similar. Por lo tanto, los consumidores no tienen manera de saber si están comprando pantalones vaqueros que les han provocado enfermedades a trabajadores al otro lado del mundo.
Hasta la fecha, al menos 46 trabajadores de la confección han muerto de silicosis en Turquía y hay 1.200 casos registrados, aunque los médicos sospechan que el número real de personas afectadas es mucho mayor. También argumentan que las empresas deben darles asistencia médica a los trabajadores que pueden haber contraído silicosis.
Como no hay antecedentes dentro de la industria de la confección, los médicos no suelen diagnosticarles la enfermedad a los trabajadores de ese secto, es probable que muchos casos se hayan diagnosticado tuberculosis.