Los adultos que durante su niñez sus padres se divorciaron tienden a tener más pensamientos suicidas que aquellos adultos cuyas familias se mantuvieron unidas afirma un nuevo estudio.
Investigadores de la Universidad de Toronto, Canadá, realizaron un estudio en el que participaron 6,647 adultos, de los cuales 695 eran menores de 18 cuando sus padres se divorciaron. El efecto del divorcio fue distintos entre mujeres y hombres.
Los hombres cuyos padres se divorciaron cuando eran niños tenían tres veces más posibilidades de tener pensamientos e ideas suicidas que hombres cuyos padres no se divorciaron. En el caso de las hijas adultas de padres divorciados durante la niñez , estas tenían 83% más probabilidades de tener también pensamientos suicidas.
La conexión entre el divorcio y pensamientos suicidas fue particularmente fuerte en hombres que crecieron en familias con condiciones de mucho estrés para los niños como el abuso físico, adiciones en los padres y desempleo.
La liga entre el divorcio y los pensamientos suicidas no fue significativa en las mujeres que no experimentaron estas condiciones de estrés como el abuso físico, adicciones y desempleo. Pero en el caso de los hombres, aún cuando no hayan habido condiciones de mucho estrés, los adultos que de niños vivieron el divorcio de sus padres los pensamientos suicidas fueron del doble que los otros hombres en familias unidas.
El estudio fue publicado recientemente en el Journal of Psychiatry Research.
De acuerdo con los autores de ninguna manera esto debe de generar pánico en los padres divorciados pero sí es una señal de alarma sobre le buen manejo de un divorcio.