En la fertilización in vitro, la unión del óvulo y el espermatozoide, o fecundación, no ocurre dentro de las trompas de Falopio de la mujer, sino en un laboratorio especializado. Ésta se realiza desde 1978 y sus tasas de éxito han mejorado sustancialmente a medida que la tecnología avanza y los especialistas adquieren mayor experiencia.
La fertilización in vitro puede ayudar a que parejas con condiciones que hasta hace poco les hubieran impedido tener hijos realicen su sueño de ser padres:
• Problemas de ovulación
• Trompas de Falopio bloqueadas
• Endometriosis
• Baja calidad de los espermatozoides
• Edad materna avanzada
Existen cinco pasos básicos para el procedimiento:
Paso 1- Estimulación ovárica
Este procedimiento dura alrededor de 10 días durante los cuales a la mujer se le administran medicamentos que estimulan su producción de óvulos. Normalmente, una mujer libera un óvulo por mes, pero los medicamentos para la fertilidad les ordenan a los ovarios liberar varios óvulos.
Los medicamentos se administran ya sea vía oral o inyectable y conllevan riesgos como embarazos múltiples y el síndrome de hiperestimulación ovárica, que pueden tener consecuencias serias si la mujer no es monitoreada por un especialista experimentado.
Aproximadamente cada tres días la paciente debe someterse a ecografías transvaginales y a exámenes de sangre para verificar sus niveles hormonales con el objetivo de dar seguimiento al crecimiento de los folículos que contienen a los óvulos y monitorear su reacción ante los medicamentos.
Paso 2- Punción ovárica
La punción ovárica transvaginal es la extracción de óvulos mediante un ultrasonido adaptado con un aditamento especial que cuenta con una aguja que atraviesa la pared vaginal hasta llegar a los ovarios, donde succiona los folículos para obtener óvulos maduros.
Si se cuenta con personal experimentado y la tecnología adecuada, la extracción de óvulos es un procedimiento ambulatorio sumamente simple y la mujer puede retomar sus actividades normales en cuestión de un día. En Ingenes contamos con quirófanos para llevar a cabo la extracción de óvulos, que se realiza con sedación.
Es importante señalar que entre más óvulos logren recuperarse mayor será la oportunidad de éxito de la fertilización in vitro. En una buena punción ovárica se obtienen entre 10 y 20 óvulos.
Paso 3- Fertilización
La muestra de semen es procesada a través de una técnica conocida como capacitación espermática, cuyo objetivo es incrementar el potencial de fertilidad de los espermatozoides. En este proceso se emplean una serie de técnicas de lavado y centrifugación que eliminan restos celulares, bacterias, leucocitos, espermatozoides de mala calidad y secreciones seminales.
Una vez obtenidos, los mejores espermatozoides se colocan junto con los óvulos de mejor calidad en una placa de laboratorio para permitir que la fertilización tenga lugar. Generalmente, el espermatozoide tarda unas cuantas horas en fertilizar al óvulo.
Paso 4- Cultivo de embriones
Una vez fertilizados, los óvulos se convierten en embriones, que se mantienen en incubadoras especiales dentro del laboratorio de reproducción asistida y son cuidadosamente monitoreados por personal especializado para asegurar que estén creciendo de manera apropiada. Después de algunos días de monitoreo se seleccionan los mejores embriones y se transfieren al útero materno.
Paso 5- Transferencia de embriones
Los embriones son colocados dentro del útero materno mediante un catéter muy fino que se introduce vía vaginal. Esta técnica se conoce como transferencia de embriones, es indolora, dura tan sólo unos minutos y se realiza bajo guía de ultrasonido abdominal.
Durante este procedimiento suelen introducirse varios embriones en el útero de la mujer con el fin de aumentar las probabilidades de embarazo, lo que puede resultar en un embarazo múltiple.
Sin embargo, gracias a la experiencia de los especialistas en FIV, en el Instituto Ingenes se han desarrollado técnicas avanzadas de selección embrionaria que permiten reducir la cantidad de embriones que es necesario transferir. Una opción viable es la transferencia de embriones en fase de blastocisto, es decir, cinco o seis días después de la fertilización.
Hasta hace pocos años, todos los embriones se transferían en el tercer día después de la fertilización debido a que era imposible mantenerlos vivos en un laboratorio, pero hoy en día la tecnología permite cultivarlos por mayor tiempo, lo que facilita la selección de los embriones de mayor calidad y con mayor poder de implantación. Gracias a esta técnica es posible transferir uno o dos embriones frente a los tres o cuatro que suelen transferirse en el tercer día de cultivo embrionario, lo que reduce el riesgo de embarazos múltiples sin comprometer las tasas de éxito de la fertilización in vitro (FIV).
Es importante señalar que la transferencia en fase de blastocisto va más de acuerdo con el proceso natural que la transferencia en el tercer día, dado que es alrededor del quinto día cuando un embrión fertilizado naturalmente suele llegar al útero desde las trompas de Falopio.
Una vez concluida la fertilización in vitro (FIV), la mujer debe esperar alrededor de dos semanas para hacerse una prueba de embarazo. Sin embargo, debe usar un suplemento de progesterona administrado vía vaginal o intramuscular hasta el día de la prueba de embarazo y continuarlo durante un lapso de 8 a 10 semanas cuando la prueba es positiva. Esta hormona ayuda a engrosar el revestimiento del útero y facilita por tanto la correcta implantación del embrión.
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