El 82% de la población tiene problemas en los pies

La salud del pie puede ser una pauta sobre su salud general, la rigidez de las articulaciones puede significar artritis, el hormigueo o el entumecimiento pueden indicar diabetes

Los pies tienen a su cargo la responsabilidad de dar apoyo, trabajan prácticamente todo el tiempo pero, aún así, suelen permanecer sin mayores cuidados. Por lo general a los pies se les presta atención sólo cuando comienzan a fallar o producir molestias, nunca o casi nunca para prevenir.

Cada uno de los pies tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos.

Cuando caminamos nuestros pies soportan una presión de hasta 650 K/cm2, y en carrera 2.500 K/cm2. De ahí la importancia de su arquitectura para soportar tan enorme trabajo. Su forma arqueada y especialmente articular, entre sus funciones están: funciones:

Absorber y amortiguar las vibraciones y golpes que se producen a cada paso. 
Activar la circulación sanguínea al comprimirse por el peso del cuerpo y, a la vez, contraerse al dar el paso.

Si nuestros pies son planos, es decir, poco o nada arqueados, o cavos con mucho arco, el riesgo de sufrir daños en las rodillas, caderas y columna, es más elevado.

La evaluación precoz de la forma de pisar de un niño (a los 4-5 años) puede ayudar a evitar muchas patologías en la edad adulta, realizando tratamientos correctivos y preventivos. Tener una buena pisada garantizará un mejor desarrollo psicomotor del niño y favorecerá la práctica deportiva. Muchos de los niños considerados «torpes» y que no les gusta el deporte, en realidad tienen una forma de pisar  que es la que hace que tenga menos aptitudes deportivas y por lo tanto abandone dichas prácticas. A su vez, la falta de actividad física favorece el aumento de peso y eso dificultará todavía más la manera de caminar correctamente. Otra parte muy importante en los niños es la correcta elección del calzado ya que el pie de un niño es una pieza en continua evolución y es muy importante que el calzado favorezca el desarrollo del pie.

Las plantillas  permiten:

– Corrección de las alteraciones morfoestáticas del pie: pie plano, pie cavo, pie valgo, pie aducto, etc.

– Tratamiento y/o alivio de patologías que cursan con dolor, como talalgias, metatarsalgias, fascitis plantar.

– Compensación y redistribución de las presiones plantares para favorecer la marcha.

En cuanto a los tacones, el 75% de las mujeres han sufrido en alguna ocasión dolores en los pies. Nuestros pies están ‘programados’ para repartirse de forma equilibrada el peso del cuerpo. Un 55% de nuestros kilos los soporta la parte trasera del pie. Con los tacones lo que hacemos es cargar el 80% de nuestro peso en el antepie, por eso los especialistas recomiendan que los tacones tengan una altura máxima de 2,5 cm.

De acuerdo es estudios recientes, alrededor de un 90% de las personas mayores de 60 años padecen afecciones en los pies.


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