El calor extremo, temperaturas muy por encima de lo habitual, mayores a 37’5 grados celsius, desafía la capacidad del cuerpo para regular su temperatura causando efectos en nuestra salud. Cada año, estas olas de calor intensas afectan a comunidades enteras, incrementando los casos de enfermedades relacionadas con el calor. Según estudios, más de 600 personas en Estados Unidos pierden la vida anualmente debido al calor extremo. Esta cifra resalta la urgencia de adoptar medidas preventivas y de concienciación.
Este fenómeno, más frecuente en verano y en zonas urbanas por el efecto de isla de calor, pone a prueba nuestro sistema de enfriamiento natural: la sudoración. Sin embargo, la humedad compromete la eficacia de este sistema. Elevan el riesgo de enfermedades graves como el agotamiento y el golpe de calor, siendo este último una emergencia que requiere atención inmediata.
Vulnerabilidad y Prevención
Los más vulnerables ante estas condiciones son los ancianos, niños, personas con condiciones crónicas. Además de todos aquellos expuestos al calor por trabajo o ejercicio al aire libre. La prevención es clave: hidratarse adecuadamente, usar ropa ligera, buscar sombra, evitar el sol en horas pico y recurrir a espacios refrigerados son pasos esenciales que contribuyen significativamente a mitigar los riesgos.
Síntomas y Primeros Auxilios
El golpe de calor se manifiesta con síntomas alarmantes como alta temperatura corporal, confusión, y piel seca. Ante estos signos, es vital enfriar al afectado rápidamente y buscar ayuda médica. El agotamiento por calor, aunque menos grave, presenta mareos, sudoración, también requiere atención, descanso e hidratación en un ambiente fresco. Estos signos pueden salvar vidas.
Estrategias Comunitarias
La conciencia comunitaria y las estrategias colectivas son fundamentales para proteger a los más susceptibles. Esto implica saber como actuar frente a estos acontecimientos. Tener educación sobre los signos de enfermedades relacionadas con el calor y compartir esta información y fortalecer la promoción de prácticas seguras durante olas de calor, que se vuelven más frecuentes con los cambios climáticos.
Conclusión
Con el aumento de las temperaturas globales es importante reconocer los efectos del calor extremo en nuestra salud. Tomar medidas preventivas son pasos esenciales para evitar consecuencias graves. La educación y la preparación comunitaria amplían nuestra capacidad de respuesta ante estos eventos climáticos cada vez más comunes, asegurando el bienestar y la seguridad de todos.
