Efecto de la contaminación ambiental: riesgo cardiovascular

La contaminación ambiental aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que desembocan en un infarto.

Algunas personas argumentan que el cambio climático es una conspiración de izquierdas que pretende asustar a la gente para que acepte de buena gana un impuesto dedicado al medio ambiente. Sin embargo, no hay que ser  científico o profeta para saber que el control de nuestras emisiones de carbono tiene que ver con mucho más que el clima o los impuestos. El carbono que emiten los escapes de nuestros coches, las estufas de leña, los hornos, las  fábricas y las centrales eléctricas es de color negro y daña nuestra salud cada vez que respiramos.

Mientras el CO2 ha acaparado todos los titulares, las partículas de carbón negro, son la historia de fondo y son las que tienen el impacto más inmediato. Si bien hemos tomado medidas para controlar la contaminación, la realidad es que también se busca incesantemente dar mayor cabida al consumismo.

Estudios recientes demuestran las consecuencias del carbono que es una de las principales causas de que se derritan los polos. Las partículas finas pueden viajar largas distancias.

Las consecuencias del carbono en la salud pública nos golpean en nuestras ciudades y suburbios. Un estudio realizado en Montreal muestra una asociación entre vivir en algunas partes de la ciudad con más contaminación del tráfico y la duplicación del riesgo de cáncer de mama. Y eso que Montreal, Canadá, es una ciudad relativamente limpia.

La contaminación ambiental afecta los pulmones y aumenta el riesgo de asma infantil y diversas enfermedades respiratorias entre la población.

Un reciente estudio realizado en la Universidad de California, revela que la contaminación ambiental es un factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Se comprobó que existe una relación directa entre la alta concentración de partículas favorece el daño a la capa interna de las arterias, dando como resultado un infarto.

Los científicos encontraron que por cada incremento de 10 microgramos por metro cúbico de partículas contaminantes, aumenta el daño arterial en 5-9%.



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